Legado Expo insta a las administraciones a recuperar la maqueta del cohete Ariane y del Hispasat que permanecen en Cartuja.

Maqueta del cohete Ariane 4 en la Isla de la Cartuja.

La ciudad de Sevilla asumirá el próximo año la presidencia de la comunidad Ariane lo que supone ser capital europea del sector aeroespacial y permitirá oportunidades para la captación de inversiones y el desarrollo de distintos proyectos de ámbito europeo en la capital andaluza. Desde la asociación Legado Expo Sevilla se insta a aprovechar esta circunstancia para que Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla se pongan de acuerdo para asumir la titularidad de la maqueta del Hispasat y de la impresionante réplica a escala real del cohete Ariane 4 que desde hace 26 años forma parte del skyline de la Cartuja.

Maqueta del satélite Hispasat junto al Pabellón del Futuro.

Ambas réplicas necesitan una intervención de mantenimiento en sus estructuras ya que, aunque se encuentran en aparente buen estado, han perdido casi la totalidad de su serigrafía y han sufrido desprendimientos de algunas de sus piezas, daños lógicos después de más de un cuarto de siglo sin un correcto mantenimiento debido al desinterés de las administraciones.

En palabras del presidente de Legado Expo, Ángel Aramburu: “La presidencia de la red Ariane en 2019, coincidiendo con el V Centenario del inicio de la circunnavegación del planeta desde Sevilla, supone una oportunidad inigualable para recuperar las réplicas del cohete Ariane y del satélite Hispasat como reclamo y testimonio del papel relevante de la ciudad en la industria aeroespacial, del que PCT Cartuja es uno de sus referentes”.

Maqueta del Ariane 4 en la actualidad.

 

La recreación del cohete Ariane 4 pesa treinta toneladas de peso, mide sesenta metros de altura y tuvo un coste cercano al millón y medio de euros. Fue construido por el consorcio europeo Arianespace como parte de su participación en la Exposición Universal de 1992, tenía vocación de permanencia en el futuro parque tecnológico.

Para sustentar su peso de más de 30 toneladas, se construyó una base de hormigón de 700.000 kg. La réplica del cohete se hizo con la maqueta que utilizó Arianespace para fabricar el cohete real que luego enviaría al espacio el primer satélite español, el Hispasat, que también cuenta con una réplica junto al Pabellón del Futuro.