Aquella jornada se declaró un incendio en el Pabellón de las Islas del Pacífico Sur y que en apenas media hora destruiría la parte de exposiciones del pabellón que reunía a Papúa Nueva Guinea, Fiji, Kiribati y Vanuatu que formaron uno de los pabellones más pequeños, pero también uno de los más exóticos, compuesto por cabañas de madera y paja, que no tardaron en arder.
La Sociedad Estatal Expo 92 y el Gobierno garantizaron la seguridad a los centenares de miles de visitantes que acudirían al recinto de la Expo dos días después del incendio con la inauguración de la Muestra Universal, la Expo minimizó el incidente, originado cuando Matthew John Smith, obrero británico, realizaba una soldadura en las tuberías del sistema antiincendios del pabellón.
La Sociedad Estatal cedió uno de los espacios escénicos del recinto -situado entre los pabellones de Rusia, Canadá y el Principado de Mónaco- para que actuaran los grupos folclóricos de Papúa Guinea, Fiji, Kiribati y Vanuatu, las cuatro islas agrupadas en el pabellón y que de esta manera pudieron sumarse a la participación de la primera jornada inaugural de la Expo.
Las actuaciones musicales y de danza constituyeron el principal atractivo de estos participantes. El pabellón -construido con cañas, bambú, caoba, cuerdas de coco y hojas de palmeras- tenía un presupuesto de unos 500 millones de pesetas aportados a partes iguales por la Sociedad Estatal, la CE y los cuatro países participantes.
El pabellón estaba integrado por cuatro zonas, tres de ellas construidas en madera. La entrada del pabellón reproducía una iglesia típica de Fiji, que daba paso a una zona de estar denominada Tale, mientras que el tercer cuerpo semejaba una haus tambaran o casa espiritual originaria de Papúa Nueva Guinea. La cuarta zona estaba destinada a servicios.»Ahí estaba la sala Vips.
En el momento del incendio se hallaban trabajando seis personas en el sótano -que quedó inundado tras la actuación de los bomberos- y unas 30 en el exterior de la parcela. Algunos elementos decorativos del edificio habían sido vendidos para después de la Expo.
El pabellón no obstante como recordaremos fue reconstruido después del incendio y reinaugurado a finales de Julio de 1992, la restauración fue costeada por la Sociedad Estatal con ciento veinte millones de pesetas, como consecuencia de aquel incendio los contenidos y actos del pabellón de las Islas del Pacífico fueron dispuestos provisionalmente hasta que acabara la reconstrucción en otros pabellones, entre ellos el Pabellón de Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y el Caribe.