El pabellón de la Comunidad Europea celebró aquella jornada en la Expo el día de Europa. Por primera vez en una Exposición Universal, todos los países miembros de la Comunidad Europea estuvieron presentes con un pabellón individual, reforzando así la identidad de comunidad y unidad en la diversidad.
La jornada comenzó con un encuentro en el Camino Real entre los presidentes de la Comisión Europea, Jacques Delors, del Parlamento Europeo, Egon Klepsch y del Consejo de Ministros de la Comunidad Europea, Joao de Deus Pinheiro.
La Comunidad Europea y la Expo 92 acordaron el agrupamiento de los doce países miembros de la CE alrededor de su pabellón, frente al país anfitrión y en la Avenida de Europa, convirtiendo a la torre cónica, coloreada con las banderas de los países miembros, en símbolo de la Comunidad Europea.
El presidente del Gobierno Español Felipe González, y el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, fueron los anfitriones de las personalidades europeas que se habían desplazado hasta la capital Hispalense para participar en los actos conmemorativos del día de Europa en la Exposición Universal.
Durante la ceremonia, el comisario general de la Muestra resaltó la importancia de la Expo de Sevilla, la primera que se celebra en Europa con carácter internacional.
Emilio Cassinello se refirió así a la anterior exposición celebrada en el viejo continente, la de Bruselas, en 1958. <<El ambiente de aquella muestra era muy distinto al de ésta. El mundo vivía dividido en la guerra fría y no se pudo reflejar el verdadero espíritu de las comunidades>>.
El comisario general de la Exposición Universal de Sevilla declaró, asimismo, su intención de que el evento sirva para el mañana. <<Nunca pensamos en la Muestra como una mera celebración diaria. La Exposición había de ser un revulsivo para el futuro>> comentaba Cassinello en aquella jornada de Honor de la Comunidad Europea.
La participación de la CE en la Exposición Universal y en Andalucía, a través de los Fondos Europeos de Financiación Regional (Fondos Feder), que se cifraron en trescientos mil millones de las antiguas pesetas, había supuesto un importante apoyo gracias al cual se había financiado buena parte de la infraestructura de la región.
Por su parte, la CE también había financiado un sesenta por ciento de los dos mil millones de pesetas que ascendió el presupuesto del pabellón Plaza de África, que acogió a dieciséis países del continente africano.
La Avenida de Europa, además de ser uno de los puntos de descanso de muchos visitantes que en busca de sombra se cobijaban bajo los árboles y el microclima que proyectaba cada una de las torres que la forman, en cuyo espacio se elevaba la torre cónica, símbolo de la Comunidad, de cincuenta y un metros de alto por veintiuno de diámetro.
Esta torre es obra del arquitecto alemán Krebs Karsten, realizada en poliéster coloreado con las banderas de cada país miembro, y coronada con la bandera azul y amarilla de la CE.
Los primero pasos por este pabellón subterráneo se encaminaban desde la Europa renacentista hasta el renacimiento de la Europa, sumergiéndose de lleno en la perspectiva histórica, a partir del Descubrimiento de América. La empresa británica Imagination se ocupó cada día del funcionamiento de cada espacio de este pabellón.
El recorrido por este pabellón mostró una perspectiva de la CE a grandes trazos, realizados mediante técnicas de teatro con efectos de luz y música, que evocaba una nueva etapa: <<La Europa Comunitaria y los grandes descubrimientos de nuestro tiempo>>
Uno de los recuerdos que podían adquirirse gratuitamente en este pabellón fueron los <<Ecus>>, la primera unidad monetaria europea que precedió a lo que hoy en día es el Euro como moneda de la actual Unión Europea y que estaba proyectada su entrada en 1997.