Más rápido, más alto, más fuerte, es el lema que desde la época del barón de Coubertín, reina en los Juegos Olímpicos, Miguel Ortiz Berrocal bautizó con este mismo nombre a la escultura que desde el 20 de Marzo 1992, quedaría instalada en la entrada del pabellón del COI durante los seis meses de la Muestra Universal.
Un torso de 3 metros de altura, 2,85 de ancho y 1,82 de profundidad, la escultura se realizó con unas fibras especiales (Kevla y Carbono), gracias a las cuales, se consiguió una mecánica sofisticada y ligera.
Berrocal se encontraba aquella jornada supervisando los trabajos de graduación de los movimientos de los seis elementos que componen la escultura, son seis esculturas unidas, pero con autonomía plástica distinta, con morfología independiente.
Citius Altius Fortius, fue realizada por Berrocal en función de su exposición en el pabellón olímpico de la Expo y de su colocación posterior en el parque de esculturas del Museo Olímpico de Lausanne, que se inauguró en 1993, la escultura, símbolo del ideal olímpico, es un torso compuesto por seis elementos verticales apoyados en una peana, dotada de un mecanismo interno.
La figura se abre de manera que las piezas quedan separadas y bien visibles, el abrir y cerrar de los elementos se efectúa a un ritmo lento y regular (veinte segundos), durante todas las horas de visitas, controlado por un mando a distancia y un temporizador para regular a voluntad todos los movimientos.
Ortiz Berrocal realizó para 1992 varios proyectos de monumentos destinados a la Expo, a Madrid como Capital Cultural Europea y para el Comité Olímpico Internacional, dentro de la Expo’92 tenemos que destacar también otra escultura permanente de Berrocal que está situada junto al Auditorio llamada <<Doña Elvira>>, una escultura de seis metros de ancho, que representa a una mujer recostada sobre una nube de agua, llena de curvas matemáticas.