Una de las tres multinacionales que optaron por tener un edificio propio en la Exposición Universal de Sevilla decidió encargar aquella jornada su pabellón a una de las sociedades de servicios que trabajaron en torno a la muestra.
Hay que recordar que la multinacional Siemens se convirtió en Abril de 1988 en la primera firma patrocinadora de la Expo’92, tras suscribir un contrato en aquel año con los directivos de la Exposición Universal.
Siemens tuvo pabellón propio en la Isla de la Cartuja, en el que invirtió 420 millones de pesetas y fue ejecutado el proyecto de obras en Julio de 1990.
En medios económicos Servicios-93, la empresa de servicios más adelantada en obras por aquellos años en la Isla de la Cartuja fue la encargada de ejecutar el proyecto básico del edificio y que fue presentada aquella jornada ante el Centro Único de Gestión de la Expo.
El pabellón de Siemens causó impacto por su concepción vanguardista y por tratarse de un edificio inteligente similar al edificio que construyó la organizadora llamado World Trade Center (Edificio Expo).
El Pabellón de Siemens fue diseñado por el arquitecto Gunter R. Standke. De carácter permanente como se proyectó desde su inicio, consiste en un cubo geométrico enmarcado en un cuadrado. A través de un corte diagonal en el círculo se destaca el acceso al edificio que quedó convertido en una pasarela puente.
El agua discurrió por un sector de la fachada, a la vez que fue utilizada como sistema preferente de refrigeración.
Bajo el lema <<Evolution of Networks>>, o más en concreto, <<Evolución en redes>>: paralelismo entre tecnología y biología, Siemens eludió la simple exposición de productos en la Expo’92 y seleccionó seis áreas de interés para el hombre: Comunicaciones, Energía, Industria, Transporte, Medicina y Domótica.
En el primer nivel expositivo se presentó en una multivisión como la empresa que ha participado en la evolución tecnológica mundial durante los últimos 150 años.
En el segundo nivel se proyectó una película donde el progreso tecnológico guardaba armonía entre el hombre y la naturaleza, y así, las demás, que despertaron inusitado interés entre los visitantes, y muy en especial al descubrir que muchas de las aportaciones al desarrollo técnico pasado se deben al esfuerzo desarrollado por Siemens.
Evolución e intercomunicación fueron los aspectos principales alrededor de los cuales se concibió el lema del pabellón, como un impulso constante hacia la calidad de la vida.