Los príncipes de Gales, Carlos y Diana, asistieron aquel 21 de Mayo de 1992 al día nacional del Reino Unido en la Exposición Universal de Sevilla, donde presenciaron un variado y amplio programa de espectáculos y visitaron diversos pabellones. Diana se convirtió en el centro de todas las miradas de los visitantes, que intentaban de algún modo atraer su atención para poder captar su imagen en una foto.
Los príncipes de Gales llegaron a las diez y media de la mañana al recinto de la Expo, donde eran esperados por el ministro de Educación, Javier Solana, y por el comisario general de la muestra, Emilio Cassinello. Minutos antes, dos soldados del regimiento Soria tuvieron que cambiar a toda prisa la bandera del Reino Unido, que estaba colocada al revés, como advirtió con una media sonrisa en su rostro un miembro del séquito británico.
Allí donde se desplazaban Carlos y Diana había gente esperando desde una hora antes. En el Camino Real, de paso al monasterio de Santa María de las Cuevas, en el Palenque, en el pabellón británico, en el de la Comunidad Europea, en el de España, Cruz Roja y Navegación, el público formó corrillos para contemplar el paso de la comitiva.
Más de 3.000 personas esperaban al heredero británico y su esposa en el Palenque, uno de los espacios escénicos de la Expo, donde los responsables del pabellón del Reino Unido habían preparado actuaciones folclóricas de los cuatro países que forman, el Reino Unido: gaitas y tambores escoceses, piqueros y mosqueteros ingleses, bailes irlandeses y música tradicional de Gales.
Carlos de Inglaterra recordó, en la ceremonia de apertura del día nacional de su país, que fue Londres la primera ciudad que organizó en 1851 una exposición internacional y que el entonces príncipe de Prusia prohibió a su familia la asistencia, temiendo disturbios. El entonces heredero británico en 1992 añadió que la Exposición Universal de Sevilla tuvo detractores, pero «con un valiente diseño ha ganado muchos amigos».
Carlos y Diana se trasladaron posteriormente al pabellón británico, mientras en el exterior cientos de personas aguardaron durante cerca de una hora a que terminaran su visita para poder mirarlos a gusto. En la pasarela del pabellón, los príncipes de Gales presenciaron durante unos 10 minutos el espectáculo aéreo de los Flechas Rojas y el paso de una original cabalgata que estaba encabezada por gaiteros escoceses.
Al igual que los Grandes Duques de Luxemburgo durante su visita al pabellón de España -paso obligado de todas las delegaciones extranjeras-, los príncipes de Gales pidieron expresamente ver la película del cine Movimax (Vientos de España), el espectáculo más divertido del edificio español, en el que las sillas de la sala se mueven sincronizadas con las imágenes de la pantalla.
«Es un trabajo formidable», dicen que dijo Carlos de Inglaterra tras recibir las explicaciones del comisario general de la Exposición Universal, Emilio Cassinello, sobre la forestación de la isla de La Cartuja.
Conocida la preocupación del príncipe de Gales por los temas medioambientales, Cassinello le expuso pormeriorizadamente la labor realizada en las 215 hectáreas de la isla de La Cartuja, un recinto que hace cuatro años era seco, y donde ahora crecen más de 350.000 árboles.
El ministro de Educación, Javier Solana, tampoco desaprovechó la ocasión para tocar uno de los temas preferidos del heredero del trono británico y destacó en su discurso que había que educar y convencer a los jóvenes «en el respeto al medio ambiente».
Por la tarde, los príncipes de Gales visitaron por separado los pabellones de Cruz Roja y de la Navegación. Diana acudió al primero y Carlos al segundo. El príncipe se desplazó a pie hasta el puerto de Indias y subió a bordo de la réplica de la nao Victoria, famosa por ser la primera que dio la vuelta al mundo.