Hoy día 30 cerramos la Expo-Hemeroteca del mes de Agosto recordando como marchaban las obras en el recinto de la Isla de la Cartuja tal día como hoy en 1991.
Las obras que fueron responsabilidad de la organizadora en la Expo’92 estaban ya cubiertas en aquel 30 de Agosto en casi un ochenta por ciento, según afirmaría aquella jornada el director general de obras, Ginés Aparicio.
La celeridad de la organizadora contrastaba con el retraso que acumulaban algunos de los participantes, la propia organizadora imprime a los trabajos que fueron de su responsabilidad, terminados ya casi un ochenta por ciento.
El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, de quien dependía orgánicamente la Exposición, presentó aquella jornada en Sevilla el llamado <<estado de cosas>> de la Muestra Universal y anunciaría un incremento de su presupuesto hasta los 183.000 millones de pesetas, cantidad que la Expo equilibró con sus ingresos por patrocinio y entradas.
El ministro Zapatero, se refirió también en aquella jornada de repaso de obras en la Isla de la Cartuja a los países que habían comunicado oficialmente su renuncia a participar en la Expo de Sevilla, (Libia, Malta, Islandia, Irán e Irak) algunos de ellos con proyectos avanzados en el montaje de su pabellón en la Muestra como Islandia que incluso llegó a presentar la maqueta de su Pabellón como vemos en la imagen.
Con respecto a otros países con problemas, Israel seguía con una parte importante de sus fondos bloqueados, Suráfrica en aquellos días aún no había respondido a la invitación cursada por el Gobierno, la ONU y Cruz Roja empezaban a recuperar sus retrasos en las obras y mientras tanto otros países como Suiza solucionaba los suyos con un incremento de la parte prefabricada de su pabellón, Argelia aún no había comenzado a trabajar en su pabellón y a Yugoslavia se le ofreció una modalidad de participación menor de la que supone hacerlo con pabellón propio.
La organizadora entró en un periodo definido por el ministro como <<empezar a probar el funcionamiento de la Expo>>, de esa manera ya comenzaba a funcionar el tren monorraíl, en el que los visitantes podían recorrer las zonas más atractivas del recinto.
El ministro Virgilio Zapatero presentó también aquel día en la Cartuja el libro <<Una Isla para el Mundo>>, definido por él como un intento de plantear el estado de la cuestión en la recta final del proyecto.
Una Isla para el Mundo, elaborado por el Departamento de Publicaciones de Expo 92, hace una detallada descripción de los proyectos de la Exposición Universal, y, según fuentes de la organizadora, del avanzado desarrollo de los preparativos de la Expo en aquellos momentos, mediante una edición muy cuidada y con gran riqueza de planos, diagramas y fotografías.