La inversión de El Corte Inglés superó los 150 millones de pesetas, este nuevo proyecto que presentó en la Expo’92 consistió en un parque recreativo donde se instalaron réplicas de los símbolos y estructuras que legaron otras exposiciones ya celebradas a lo largo de la historia.
La torre Eiffel, el monumento al Dios Sol, la estatua de la Libertad y el globo terráqueo que fueron distribuidos por los tres mil metros cuadrados que componía la parcela en el recinto de la Isla de la Cartuja, además de estas réplicas, un tren elevado recorría los límites del parque infantil a una altura de tres metros, que comenzaba su recorrido en una estación construida en hierro forjado y cristal al más estilo romántico de las edificaciones ferroviarias.
El tren había sido fabricado en España por esta firma comercial, imitaba las locomotoras y vagones de principios del Siglo XX en el oeste americano, el tren también bordeó un tiovivo del más puro estilo de principios de siglo, donde los niños podían montarse durante su visita a la Exposición Universal de Sevilla.
En el centro del espacio destinado a este parque recreativo de El Corte Inglés se ubicaron dos templetes o kioscos de música de planta octogonal, realizados en acero y hierro fundido y en cuyo interior se hizo un repaso de todas las exposiciones acaecidas mediante las construcciones más representativas que les dieron nombre, todo ello presentado a base de material de decorados e instalados a ambos lados de un pasillo central.
Las cascadas de agua, elemento primordial en la estructura de la mayoría de los pabellones construidos en la Cartuja para combatir las altas temperaturas que se alcanzaron durante esos meses en la capital andaluza, tuvo su representación también en este peculiar parque recreativo en una espectacular fuente modernista con juegos de luz y sonido, situada en la parte izquierda de la entrada al parque, y seis fuentes más, de dos metros y medio de diámetro repartidas por el espacio recreativo, realizadas por tubos de metacrilato.