Las obras del vivero se iniciaron en Enero de aquel año 1986, donde se aclimataron los arboles, arbusto y plantas que contribuyeron a la creación del microclima de la Exposición.
Más de mil especies y variedades de plantas y árboles crecieron desde 1986 en el recinto de la Exposición Universal de Sevilla 1992.
El Plan de Forestación de la Isla de la Cartuja supuso el proyecto de mayor entidad que Europa ha tenido en las últimas décadas, con objetivos como la plantación de más de 25.000 árboles y 300.000 arbustos procedentes de todos los continentes, decenas de kilómetros de setos y unas 30 hectáreas de zona verde neta.
El Plan de forestación se inició en septiembre de 1985 con el objetivo de recuperar el ecosistema natural de la Isla de la Cartuja, sede de Expo´92, y convertir el recinto en un espacio de confort para los visitantes. Para ello se acondicionaron más de 50 hectáreas de viveros, se iniciaron compra de especies vegetales procedentes de toda España y otros países como Francia, Italia o Estados Unidos, y se formó un equipo de profesionales dedicados al cultivo y reproducción de las plantas y árboles recibidos.
Expo ´92 contó con más de 1.000 especies diferentes de árboles y plantas. De esta cantidad, cerca de 400 se han introducido por primera vez en España y en Europa, y otras muchas se están utilizando por primera vez en nuestro país.
El equipo de forestación de Expo´92 trabajó a gran escala con especies que hasta ahora se habían utilizado poco, debido a su escasa rentabilidad comercial. También se han realizado más de 1.000 análisis de agua, tierra, etcétera que aportaron nuevos datos al conocimiento de las plantas y su comportamiento en climas similares al sevillano.
El programa raíces supuso una oportunidad única para introducir nuevas especies hasta ahora desconocidas en la jardinería española y europea. Muchas de estas plantas fueron recolectadas por los países americanos de sus ecosistemas nativos.