La República Socialista de Checoslovaquia fue el tercer país que presentó en la Expo’92 el proyecto definitivo de su pabellón oficial en la Exposición Universal, tras el Reino Unido y el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Se trató de un edificio de tres plantas y sótano, cuya estructura de acero estuvo cubierta de superficies acristaladas en las que se dio entrada igualmente al empleo de materiales cerámicos.
Sobre una parcela de 2.400 metros cuadrados se levantó un edificio de 23.000 metros cúbicos con el propósito de crear el ambiente de una construcción modular lógica con pórticos de apoyo de gran ojo. En las aberturas de los pórticos estuvo insertados o suspendidos unos espacios cúbicos que configuraron el área expositiva.
En la primera planta se situaron dos restaurantes, uno de ellos de primera categoría, y todas las instalaciones de cocinas, etc. En la segunda se habilitaron los despachos representativos del comisario general de la Sección Nacional checa con salones adjuntos y dos terrazas con abundantes áreas verdes.
La superficie total construida del pabellón, sin contabilizar el sótano, fue de 2.960 metros cuadrados. Este peculiar edificio se situó frente al Palenque, teniendo como vecinos a las representaciones de Israel y Suiza.
El proyecto presentado tal día como hoy 4 de Octubre del año 1989 a los responsables y directivos de la Exposición Universal de Sevilla por una delegación checoslovaca encabezada por director técnico del pabellón Jiri Holzan. Los autores del proyecto fueron los arquitectos Koutsky, Kozel y Lenickova.
Este país, quiso presentar en la Expo su nueva realidad democrática tras la caída del Telón de Acero y el papel que le corresponde desempeñar en lo que será la Europa unida del siglo XXI. Como contenido principal, los visitantes asistieron a un curioso y original espectáculo poético en el que como principal protagonista aparece el mundialmente conocido cristal de Bohemia.
En una amplia sala O <<templo espiritual>>, el público fue testigo de una sugerente escenografía, mezcla de cristal, luz, color y efectos sonoros, que recrea simbólicamente el nacimiento del día y la noche. También hay que destacar las diversas muestras de la historia y del arte checoslovaco representado en este peculiar edificio.