Este 24 de Octubre del 2022 se ha inaugurado Cartuja Qanat, un proyecto de transformación urbana innovador a través del cual se fomentará el uso de esta singular avenida heredada de la Exposición Universal de Sevilla 1992 situada en el mismo corazón del Parque Científico y Tecnológico Cartuja.
Se recupera la vida en la Calle Tomás Alva Edison mediante la planificación de actividades en un futuro diseñadas de forma participativa con los ciudadanos como espacio demostrador, activador y conductor de la transformación urbana.
Este es un modelo de colaboración público – privada como dinamizador social de este nuevo espacio en Tomás Alva Edison que propone nuevas fórmulas para la adaptación al cambio climático por parte de las ciudades y la ciudadanía. Un escaparate de que es posible mejorar el ambiente urbano basándonos en el legado cultural, de forma sostenible, rentable y eficiente y con la participación de todos en la adaptación del cambio climático.
De esta forma Cartuja Qanat fomentará el uso como laboratorio urbano y punto de encuentro por parte de la ciudadanía y otros grupos sociales de la Avenida Tomás Alva Edison mediante la mejora de las condiciones de confort y reducción de la sensación térmica en espacios abiertos.
Otro objetivo fundamental de la inauguración del espacio urbano Cartuja Qanat es el de convertir y posicionar la ciudad de Sevilla como un territorio especializado en cambio climático, adaptando urbanamente y bioclimáticamente la vida en la calle.
Todo ello favorecerá el nacimiento de nuevos modelos de negocio, nuevos emprendimientos (nuevas formas de emprender, la recuperación adaptada de antiguos oficios y saberes y el nacimiento de nuevos conocimientos y técnicas para afrontar los nuevos retos sociales-ambientales-económicos a los que nos enfrentamos.
De hecho, uno de los hitos del proyecto que nace como Cartuja Qanat será la integración de una incubadora de emprendimiento, que plantea el desarrollo de proyectos empresariales a partir de las Nuevas Tecnologías y procesos usados en el espacio.
Asimismo, la bajada significativa de la temperatura en la zona de intervención posibilitará el aprovechamiento del espacio con confort ambiental suficiente para dar así viabilidad presente y futura a la cultura de «vivir en la calle» característica de los pueblos mediterráneos.
Todos estos elementos innovadores de control térmico se aplican en los tres grandes espacios que resultan de la intervención. En primer lugar, el anfiteatro, que fue utilizado durante la Expo 92 como quiosco de espectáculos. Tiene forma semicircular de aproximadamente 28 metros de diámetro y tiene capacidad para 200 personas. Se sitúa en depresión respecto al nivel de la avenida para minimizar la entrada de aire exterior. El confinamiento se completa con un muro diametral que cierra el escenario y los cipreses que rodean la zona de gradas. La intervención sobre el anfiteatro se basa en estrategias de control climático para aliviar la temperatura del emplazamiento, que implican el enfriamiento del aire mediante el uso del agua del estanque y de los ‘qanats’. Ese aire se distribuye a través del frente del escenario y los peldaños de las gradas. La forma del espacio y su nivel de confinamiento hace posible la creación de un “lago de aire” a baja temperatura en la zona donde se encuentran los ocupantes.
En segundo lugar, el zoco. Es un espacio de nueva creación con forma rectangular de 750 m2. Puede compartimentarse en subespacios según múltiples patrones para permitir la realización simultánea de diferentes actividades. El zoco se sitúa a dos metros en depresión respecto al nivel de la avenida para minimizar la entrada de aire exterior. El cierre se completa con barreras semitransparentes en las dos dimensiones principales.
En tercer lugar, la isla atemperada, que se diseña como un espacio abierto con cierta linealidad que incorpora una serie de elementos verticales, horizontales y de mobiliario que sirve de nexo de unión entre el acceso a la plaza por el muro de la calle Leonardo Da Vinci y el Anfiteatro. El objetivo es crear un microclima atemperado a partir de tecnologías bioclimáticas innovadoras desarrolladas y probadas en este proyecto. Las soluciones incorporadas en la isla atemperada han sido previamente diseñadas y desarrolladas según requerimientos bioclimáticos, así como experimentadas y modelizadas para analizar sus prestaciones, partiendo inicialmente del estudio y la caracterización de los materiales que las componen, principalmente cerámica y hormigón.
El proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Sevilla, Emasesa, el PCT Cartuja, la Universidad de Sevilla, el Instituto Eduardo Torroja del CSIC y la Fundación Innovarcilla, y confinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través de la iniciativa Urban Innovative Actions (UIA), ha contado con una inversión de 5 millones de euros, de los que la UIA aporta el 80 %.
Las obras se iniciaron en junio de 2021 y finalizaron a finales del pasado mes de septiembre. Con ellas, Cartuja Qanat se incorpora al tramado urbano del PCT Cartuja como un espacio innovador que incorpora soluciones para la mejora bioclimática de entornos urbanos con voluntad de ser replicados en otros espacios de Sevilla y otras ciudades españolas y europeas. Esta intervención se enmarca en la estrategia de lucha contra el cambio climático y transformación sostenible de calles y espacios públicos promovida por el Ayuntamiento de Sevilla.