Nos trasladamos al 16 de Diciembre de 1988 en la Expo-Hemeroteca, una fecha a destacar en la memoria de Expo’92 ya que se inició la primera reunión de Participantes de la Exposición Universal de Sevilla denominada <<Participantes’88>>, una reunión realizada en Sevilla en la que asistieron representantes de todos los países, comunidades autónomas y empresas privadas que participarían en la Muestra Universal.
El comisario de la Expo, Manuel Olivencia, y el presidente del BIE, Jacques Soll Rolland insistieron durante la reunión de participantes de la Expo en la importancia de la colaboración de todos los países representados, hasta noventa y dos habían acudido a esta llamada para que el acontecimiento de 1992 cumpliera su objetivo de estrechar los vínculos de la comunidad internacional en un marco de civilización y progreso.
Otras cuestiones sobre las que mostraron interés los delegados durante aquella reunión de participantes fueron los aspectos técnicos de su futura participación, trámites necesarios, horarios vigentes durante la Exposición, entrega de parcelas, entrada de trabajadores extranjeros, uso de espacios públicos y condiciones para la permanencia de sus pabellones después de la Muestra Universal.
Los países representados en la reunión, según manifestó el propio presidente del BIE, Jacques Soll-Rolland, se fueron aquel día gratamente impresionados por el progreso en la planificación de la Expo, la marcha de las obras y la capacidad de la organización para atender todas las inquietudes planteadas por los participantes.
El presidente del BIE declararía al término de la reunión de participantes en aquel año 1988 que hacía dos años que vio por primera vez en el recinto de la Isla de la Cartuja <<una extensión de naturaleza en estado bruto y que en aquel año 1988 ya había sido sustancialmente modificada, un terreno en el que ya no había colinas, en el que se había variado el curso del río y en donde había un trabajo de infraestructura muy avanzado>>, como curiosidad del presidente del BIE, durante su visita a las obras de la Expo le llamó especialmente la atención la construcción de las pasarelas y puente de la Barqueta que se estaba construyendo en el meandro de San Jerónimo en tierra y que serian giradas una vez finalizada para unirse con la ciudad.
Al término de las reuniones de trabajo, el comisario de la Expo, Manuel Olivencia, dijo que la masiva respuesta a la reunión daba la medida de la importancia que el Mundo concedía a la Expo, pero rechazó todo triunfalismo porque nada se había conseguido todavía.