China y las Naciones Unidas coincidieron aquella jornada en las ceremonias de colocación simbólica de las primeras piedras de sus respectivos pabellones en la Expo’92. En representación de la ONU, el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, se sumó al acto del pabellón de China, cuyo embajador en España, Yuan Tao, participó posteriormente en el acto de Naciones Unidas.
El primer acto se realizó en el terreno donde se ubicaría el pabellón de China, una parcela de dos mil metros cuadrados, ubicada en la avenida número cuatro del recinto y en diagonal con el Palenque.
China levantó un pabellón con una superficie construida de dos mil ochocientos metros cuadrados entre sus dos pisos, el edificio se caracterizó por un estilo de construcción propio de la China antigua y por el empleo de materiales traídos desde China, que fueron transportados en veinte contenedores hasta Sevilla.
El segundo de los actos de colocación de la primera piedra fue en el terreno donde se levantó el Pabellón de la ONU y de todos los organismos internacionales incluidos en su sistema, el pabellón del sistema de Naciones Unidas estaba situado al borde del que fuera Lago de España, hoy terrenos del parque temático Isla Mágica y que durante la Expo’92 acompañaba a los pabellones de las comunidades autónomas y al gran pabellón conjunto Plaza de América.
El edificio representaba a la Humanidad y puso un acento, según el director general de la Unesco, en la ecología, la parcela del pabellón tenia una superficie de unos dos mil metros cuadrados y su construcción fue financiada por el entonces Banco Bilbao Vizcaya y contó con un presupuesto de quinientos millones de pesetas.
El proyecto del edificio, según diseño del arquitecto sevillano José Ramón Rodríguez Gautier, presentaba un cubo de veinte metros de lado y dieciséis de altura, insertado en una cuadrasfera de veintidós metros de altura de la estructura de la esfera.
El acto de la primera piedra del pabellón de la ONU contó con la presencia del comisario Manuel Olivencia que afirmó que la presencia de la ONU en primordial daba a la Exposición de Sevilla su carácter Universal, una exposición que sintonizaba plenamente con los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
