En la tarde de aquel 19 de febrero de 1991 fue colocada la última dovela central del Puente del Centenario que unía ambos márgenes del Guadalquivir, con lo que quedaría transitable dicho puente que se construía en la ciudad de Sevilla con motivo de la Exposición Universal de 1992.
Esta obra de ingeniería, diseñada por José Antonio Fernández Ordóñez se convirtió en aquel 1991 en la más espectacular de cuantas se construía en Sevilla en aquellos años previos de la Expo’92, la inversión del Mopu (antiguo Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo de España) fue de seis mil millones de pesetas y se convirtió en el eslabón sobre el rio de la autovía de circunvalación que entraría en servicio en verano de aquel mismo año.
El acto de la colocación del la última dovela que cerró la unión del puente fue presidido por el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Javier Sáenz de Cosculluela; el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido Ávila y el Alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, que conocieron in situ y a través de planos instalados en el recinto con las distintas fases de la obra.
La pieza central o clave que se colocó aquel día es de estructura metálica, de nueve metros de largo, solo quedaba después de aquel día efectuar el encofrado interior y hormigonado para que quedara definitivamente unido el tablero atirantado.