Singapur se vistió aquella jornada de fiesta para celebrar su Día Nacional en la Expo. Los festejos de este país a diferencia del resto de los países participantes en la Muestra Universal no fueron presentados en el Palenque sino en su propio pabellón.
Singapur en la Expo contó con un pintoresco pabellón pintado en blanco y azul en el que resaltaba su fachada rematada en la parte superior por una <<palmera del viajero>> con el <<merlión>> delante, símbolo de bienvenida junto al león blanco que escoltaba la entrada al edificio.
Nada más acceder al interior el visitante tenía la sensación de estar paseando por una de las típicas calles de Singapur en una estrellada noche. Tiendas, parques, restaurantes, puestos de comida malaya india o china y hasta un dibujante que hacia retratos a quien lo deseara, es lo que encontrábamos en la primera planta del pabellón.
A la derecha de la entrada se encontraba la tienda con una amplia variedad de artículos. Lo más curioso, sin duda, fue la <<pomada del tigre>>, un aceite medicinal usado en Singapur para los problemas de reumatismo, dolores de cabeza y musculares, picaduras o quemaduras.
En el paseo nocturno por las calles de Singapur no podían faltar los establecimientos de comida. En el pabellón, se ofrecía dos servicios: un pequeño restaurante que servía un buffet y los típicos puestecillos de comida al aire libre tan famosos en Singapur. En estos últimos el visitante podía degustar el <<satay>>, el plato más tradicional de la isla consistente en pinchos de pescado asados sobre carbón.
Una plaza con jardines y bancos, en el centro de la primera planta del pabellón, fue el lugar donde se podía tomar un buen descanso unos minutos mientras a uno le tocaba el turno de fotografiarse montado en el típico <<trishaw>>, triciclos de pedal.
Las compras, una de las mayores atracciones de Singapur, también tenían un espacio reservado en la segunda planta del pabellón.
Un vídeo ofrecía en el pabellón información continua sobre el Aeropuerto de Changi, que en aquellos años estaba situado entre los aeropuertos mejores del mundo. Una azafata ataviada con el traje típico del país, repartía entre los visitantes unas hojas en las que se informaban sobre los nuevos vuelos directos desde España a Singapur.