Su edificio, de planta rectangular con tres niveles, se elevó sobre una superficie de unos dos mil metros cuadrados. El pabellón es obra del arquitecto sevillano José Ramón Moreno y los elementos decorativos fueron propios de las canteras cubanas, aunque algunos habían sido traídos desde Cádiz, por su similitud.
El recorrido por el pabellón comenzaba en la planta baja, presidida por una réplica del símbolo de La Habana, <<La Giraldilla>>. La primera estatua de <<La Giraldilla>>, fundida en bronce por Gerónimo Martín Pinzón en 1634 y se colocaría en la torre de la fortaleza iberoamericana más antigua que se conserva: el Castillo de la Real Fuerza, situado en el canal del Puerto de La Habana.
La zona expositiva dedicada a los logros del Gobierno de Fidel Castro estaba presidida en el centro por imágenes y frases de Fidel Castro:
<<Sólo se respeta a los que combaten. Solo vencen los que luchan. Solo triunfan los que resisten>>. Otro mensaje decía así: <<Esa bandera, ese cielo, esta tierra, la defenderemos al precio que sea necesario>>.
La exposición mostraba cifras sobre el estado de la educación, los programas de inversiones, la tasa de mortalidad infantil, el deporte, el turismo y los planes económicos de Cuba, ilustrados con imágenes y vídeos. Se describía todo el proceso de desarrollo del país.
El recorrido continuaba por la planta baja del pabellón, con un suelo empedrado con adoquines de piedra de granito, como si fuera una plaza de La Habana. El visitante se encontraba al descender una gran imagen del líder revolucionario Che Guevara, donde podía leerse: <<Y otra generación respondió al llamado de la campana libertaria y la victoria definitiva; culminó la gesta que en el año 1868 iniciaron los fundadores de la Patria>>.
La exposición situaba al visitante atrás en el tiempo, destacando las imágenes de la I Cumbre Iberoamericana celebrada en Guadalajara, con grandes fotos de Fidel Castro con S.M el Rey, Felipe González, Manuel Fraga y Rafael Alberti.
En el centro de esta planta se encontraba varias vitrinas que contenían vajillas de la nobleza cubana con imágenes y escudos de marqueses y condes. Algunos objetos de cobre mostraban la importancia de estas minas en Cuba.
El recorrido continuaba por un espacio dedicado a las <<Ciencias médicas>>, mostrando en tres espacios: alta tecnología, los materiales de ortopedia y los productos farmacéuticos. En este espacio se hacía demostraciones a los visitantes de la utilizad de los ordenadores que sirven para hacer electrocardiogramas y vectocardiogramas, mediante la digitalización de la imagen.
Uno de los momentos más recordados de este pabellón fue la preparación de los famosos habanos en el pabellón de la mano del tabaquero cubano Jesús Lara que llevaba toda su vida dedicado al arte de envolver las hojas de la <<solanácea>>, planta con la que se conoce científicamente al <<tabaco>> y que durante la Expo realizaba diariamente demostraciones de la laboriosa tarea de crear un puro habano de primera calidad.