La nación de Camerún conocida como <<África en miniatura>> celebró aquella jornada su Día Nacional en la Exposición Universal de Sevilla, presidido por el secretario de Estado para el Desarrollo de la Industria y Comercio, Luis Mare Abogo Nkono.
Los actos estuvieron protagonizados por una actuación de los quince miembros del Ballet Nacional, que actuaron en el Palenque y en el escenario de la Plaza de África.
La República del Camerún estuvo presente en la Expo 92 en un pabellón dentro de edifico Plaza de África, junto a otros doce países africanos. El objetivo de este país fue de darse a conocer y que todos los visitantes supieran dónde se situaba Camerún. Un país, en pleno corazón de África, cuyo territorio se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Lago Tchad.
Un cuadro del Jefe de Estado y Presidente del Gobierno camerunés, Paul Biya presidia la entrada del pabellón.
El visitante encontraba en este pabellón un país multicultural, artístico y muy abierto al mundo, gracias a su facilidad de comunicación con Estados Unidos y Europa por ser el inglés y el francés el idioma oficial.
Un gran león <<indomable>> según decía el rótulo, mostraba la presencia de este animal en las reservas y zonas turísticas de Camerún. <<El león significaba mucho para los habitantes de Camerún, porque además de simbolizar el coraje de sus habitantes, representaba el nombre de su equipo de fútbol>>.
Una de las mayores atracciones del pabellón fueron las pequeñas chozas en miniatura que representaban la arquitectura del país, realizadas con argamasa de barro y paja. Las chozas de los pigmeos, que se situaban en el suroeste del país, se podían encontrar en la actualidad en regiones como Gabón y el Congo. En las vitrinas se exhibieron objetos de arte labrados en bronce y madera, como unas campanillas de bronce típicas de la región oeste de Camerún.
En una gran fotografía se veía un grupo de hombres, ataviados con túnicas blancas, que procedían de la mitad norte del país. Junto a estas imágenes había objetos típicos que se utilizaban en ceremonias religiosas. Entre ellos destacaban las pipas talladas y las colas de caballo que se utilizan en los rituales y los bailes.
Los trajes típicos africanos estaban expuestos a lo largo de todo el pabellón. En este pabellón se exhibieron adornos tradicionales de los hombres y las mujeres camerunesas: pulseras, collares, pendientes, etc, como parte de la cultura del país.
Estos objetos estaban realizados a base de conchas y caracolas, que antiguamente se utilizaban como intercambio de dinero. Entre los objetos domésticos se encontraban algunos utensilios de madera, como platos y cuencos. También se exhibieron algunos instrumentos agrícolas.
El visitante encontraba en el pabellón varios ejemplos de plantas naturales y productos medicinales primitivos, que actualmente se incorporan a la medicina moderna e incluso se exportan a Europa. Entre estos inventos medicinales se encontraba el <<Sirop Gamma>> del doctor Wandji, que servía como diurético, tónico, anti-inflamatorio y para curar las infecciones.
La música africana estaba de moda entre los cantantes americanos y europeos, y en este pabellón dedicaron una vitrina entera a los instrumentos de música tradicionales: los tambores, el Mvet (muy popular en el centro de Camerún), la cithare y el balafón.
Los cameruneses habían traído a Sevilla los productos típicos y naturales de su país, entre los que no faltaron el vino de palmera, las confituras y el café.