Aquel 18 de Enero de 1992 se ultimaban los detalles del montaje de la torre cónica que preside el Pabellón de la CEE, símbolo en aquel 1992 de unidad de los doces países que representaban la Comunidad Económica Europea de aquel año.
El arquitecto alemán Karl Karsten tuvo la originalidad de esta torre en forma de cono truncado, de cincuenta metros de altura y dieciocho de diámetro, reside en el material empleado: un plástico coloreado con las banderas de los doces países comunitarios del 92, que quedan imaginariamente fundidos en un arco iris.
Esta torre que puedes visitar en la actualidad en la antigua Avenida de Europa hoy Calle Isaac Newton como uno de los grandes legados de la Exposición Universal, emerge de un pabellón subterráneo de nueve metros de profundidad que hoy en día ocupa las oficinas centrales del PCT Cartuja, durante la Muestra se expuso los principales aspectos y manifestaciones típicas de toda la Comunidad, bajo el lema <El descubrimiento de lo europeo y el descubrimiento de la comunidad>.
La torre cónica que coronó durante la muestra la Avenida de Europa como centro de las doces torres de color blanco que sirven de hito a lo largo de toda la avenida y simbolizó la ambición de Europa en la Expo’92.
Bruselas quería que su pabellón no se perdiera en el conjunto de la Cartuja, que no fuera como los otros, si no que fuera identificado fácilmente por su originalidad que quedaría en el recuerdo de los visitantes.
Ese papel simbólico lo cumplió a la perfección esta torre en forma de cono truncado de cincuenta metros de altura pensada inicialmente para su realización en poliéster y decorada con los colores de las banderas de los Doce, colores que al fundirse en parte del cono acaban formando una especie de arco iris.