Hoy viajamos en la Expo-Hemeroteca hasta 1992, recordando las diferentes zonas del recinto donde era muchos los lugares donde se podía adquirir mil recuerdos de la Expo’92, la mayoría de los pabellones vendieron catálogos con una variedad muy temática, desde manuales sobre lo que ofrece una comunidad autónoma afincada periódicamente en nuestra ciudad hasta guías de los monumentos culturales de los países representados en la Muestra o los boletines con las actividades que cada colectivo había previsto hacer durante esos seis meses.
Un ejemplo lo tenemos en los pabellones de las comunidades autónomas, pocas se salvaron de la fiebre: publicaciones del pabellón aragonés, catálogos de Goya, los más de 200 libros que trajo Navarra, incluidas sus enciclopedias, las guías de nuestras ciudades o las publicaciones del Pabellón de España, amén de manuales de arte y obras arquitectónicas de los monumentos que tenemos en nuestro país y de los extranjeros.
Casi todos los pabellones empezando por el de Aragón y terminando por Brasil y pasando por Portugal, Valencia, Finlandia o la Santa Sede, elaboraron sus propias publicaciones y vendieron libros relacionados con la cultura de su región, una oportunidad que ningún visitante de la Expo pudo dejar pasar y poder tener ese catalogo con aquellas fotos de aquel país al que no podía ir pero que le fascinaba.
Hoy nuestra Expo-Hemeroteca está dedicada a esos recuerdos que compramos en el recinto de la Isla de la Cartuja durante aquellos meses de la Muestra, en el Pabellón de España, por ejemplo, se podía adquirir desde artículos de marroquinería, cerámica y damasquinados de Toledo hasta mantones.
En el Pabellón de Andalucía se encontraban monedas fenicias gaditanas, la cerámica tradicional de Úbeda o el Boquerón de plata hasta el vaso tartésico onubense, pero si lo que buscabas en la Expo era algo del Norte tenias para decidirte entonces por la vajilla del Reino de Asturias, la cerámica local e incluso por productos que podías degustar tranquilamente cuando descansaras de un paseo por la Cartuja: el queso de Cabrales o los ingredientes que le ponen a la fabada asturiana.
Los pabellones temáticos de la Muestra vendieron recuerdos muy aclamados por el visitante en la Isla de la Cartuja, Ecarsa fue la empresa que comercializó los artículos de estos pabellones como un pañuelo de seda exclusivo con el mapa Ptolomeo, corbatas de seda con diseño brújula o collares y corales mediterráneas, pero sin duda lo que causó mayor sensación de los pabellones temáticos fue los caleidoscopios de latón, en papel de colores surtidos o forrados con piel.
En el recinto de la Expo’92 podíamos comprar el mundo entero y no era necesario recorrer miles de kilómetros para guardar en casa recuerdos de los países que estaban en otros continentes, este fue uno de los grandes atractivos de la Exposición Universal de Sevilla, la compra de Souvenirs de todo el mundo sin salir de una Isla.
La tienda de los pabellones fue un exponente más de la cultura que estos querían mostrar al mundo entero, los recuerdos de artesanía, como las máscaras de Papúa Nueva Guinea y Brasil, las alfombras de Arabia o los jerséis noruegos fueron probablemente los más demandados.
Una gran variedad de productos de cuero y textiles se encontraban en el Zoco, la mayoría de los países trajeron su cultura plasmada en clásicos objetos artesanales, como Uruguay o Malasia, China y Japón donde se podían adquirir platos típicos, cuencos, vasijas o figuritas.
Pero tampoco faltaba en la Expo’92 el recuerdo altruista, como los que vendía Unicef en el Pabellón de las Naciones Unidas, funda de cojines hechos a manos por los refugiados, insignias, abrecartas o paraguas con forma de palo de golf o recuerdos como cruces que vendían en el Pabellón de la Santa Sede.
Además de toda esta gama de recuerdos y souvenirs de cada país también podemos destacar los favoritos en la Muestra que fueron aquellos objetos con Curro o el logotipo de Expo’92 como base, la empresa que comercializó los objetos oficiales de la Expo fue TNT.
Objetos muy variopintos como una radio con la silueta de Curro o toda la ropa corporativa de la exposición, camisetas, pantalones, gorras con Curro incluido, sin duda fue una invasión que no conoció limites en el mundo del souvenirs y que Curro fue el auténtico protagonista durante esos meses en la Muestra con muchos más objetos, pisapapeles, relojes, billeteras, pelotas, discos voladores, despertadores o bolígrafos fueron los recuerdos estrellas de la Exposición que hemos querido recordar hoy en este paseo diferente por el Mundo de las compras en la Expo’92.