El alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín y el director de la Representación de la Comisión Europea en España, Miguel Moltó Calvo, suscribieron aquella jornada el protocolo por el que la Unión Europea cedía el que fuera su pabellón en la Exposición Universal de 1992 a Sevilla.
En este acuerdo el Pabellón se debía utilizar para usos que redundara en beneficio de la ciudad, en un principio el pabellón tenía previsto su cesión a la Asociación de la Prensa para instalar en el inmueble un centro internacional de Prensa.
Finalmente el pabellón permaneció cerrado más de una década y en 2008 la Asociación de la Prensa renunció su cesión de instalarse en este edificio por el coste y la inviabilidad de una partida de 200.000 euros que nunca llegó aparejada a la cesión del edificio a la ciudad de Sevilla, por lo que dificultó la financiación de restauración.
El pabellón de la Unión Europea volvió a convertirse en un símbolo en la Isla de la Cartuja desde el año 2012 con motivo de la celebración del 20 Aniversario de la Muestra Universal, PCT Cartuja en colaboración con la Fundación Sevillana Endesa, iluminaron el edificio, que fue sometido a una primera fase de rehabilitación para su uso.
El vistoso pabellón se convirtió desde aquel año 2012 en la sede del Parque Científico y Tecnológico Cartuja, donde se invirtieron 1,6 millones de euros en una primera fase de rehabilitación que recuperó la característica torre piramidal con las doce banderas de los países que conformaban la Unión Europea de aquel 1992.
El pabellón de la UE fue cedido a Cartuja 93 por el Ayuntamiento de Sevilla en Octubre de 2009, construido por el arquitecto Karten Karl Krebs para representar en la Expo’92 a la entonces CEE, un edificio en un principio efímero que debía ser demolido a su finalización, como otras muchas edificaciones. Sin embargo, su éxito lo salvó y permanece como uno de los iconos de la Muestra Universal en la Isla de la Cartuja junto a otros como el cohete Ariane o la esfera bioclimática.