En aquel mes de Julio de 1996 ya se dibujaba sobre lo que fue el Lago de España en la Expo-92 el perfil del que sería nuevo Parque Temático (Isla Mágica). Partecsa aterraba desde aquel día a marchas forzadas este espacio, cuya lámina de agua fue reducida al 33 por 100 de la original, con el fin de que las lluvias del otoño no arrastraran el relleno antes de que fuera compactado y se estuviera completamente asentado.
Durante aquel mes de julio otros activos de la Expo fueron desmontados y trasladados a la banqueta del río o junto a la esclusa, entre ellos el monorraíl, el artilugio de Juanelo Turriano o pérgolas de la Muestra Universal.
Partecsa, la empresa gestora del Parque Temático, trabajaba de forma acelerada en el aterramiento del Lago de España para tenerlo completado en septiembre de aquel año 1996, un año antes de la apertura del que sería el nuevo parque temático de la Isla de la Cartuja.
El diseño del nuevo Parque Temático, denominado «isla mágica», pasó por reducir la lámina de agua del Lago de España, con una extensión de 140.000 metros cuadrados, en un 67 por 100, hasta dejarla reducida a 46.000 m2.
Tras cegar la mayor parte del Lago de España, Partecsa creó una nueva topografía y mediante otros recursos aisló visualmente las edificaciones del nuevo Parque Temático de su entorno en el recorrido temático de los visitantes (se construyó un total de 12.22 m2 de edificabilidad en la depresión del Lago aterrado).
Al verter la tierra transportada por los camiones y rellenar, la propia tierra fue marcando los perfiles de lo que fueron los futuros nudos temáticos: La Jungla, Cartagena de Indias, La Fuente de la Juventud, Sevilla, puerto de Indias, El Dorado, La Guarida de los Piratas…El material de relleno se estuvo compactando, regando….y también se analizó su densidad. No sólo se fue formando la planta del Lago y de los canales que dieron entre los nudos temáticos, sino que también se crearon los taludes y se definió el tratamiento del agua y de los paseos peatonales. Asimismo se estuvo colocando los pilotes para las pasarelas pequeñas que unieron distintas zonas de la «isla mágica», así como estribos, y los muretes del borde del Lago.
El artilugio de Juanelo Turriano, el reloj de agua que embelesó a los visitantes de la Expo y que se hallaba al Norte del Pabellón de España, fue completamente desmontado. Las piezas más grandes se depositaron en los antiguos aparcamientos de la Expo, en la banqueta junto al río, donde ya estaban las pérgolas compradas por Puertos del Estado a la Empresa Pública del Suelo (Epsa).
Otra de las grandes obras desaparecidas a raíz del aterramiento del lago de España fue la obra artística encargada por la Sociedad Estatal dentro del programa <Arte actual en espacios públicos>, <Edificio para un Vacío de Anish Kapoor>.