La Pasarela del Lago de la Expo 92 comenzó a construirse en aquel mes de diciembre de 1988 y finalizó sus obras a finales del año siguiente. Fue uno de los puentes más característicos dentro del propio recinto de la Expo 92 de más de setenta y dos metros de longitud, que delimitó durante la Exposición Universal el canal y el lago alrededor del cual se ubicó el Pabellón de España y los de las comunidades autónomas.
El diseño arquitectónico del plano inferior del puente se cuidó de forma especial, ya que se trataba de una pasarela bajo la cual pasaron los barcos catamaranes que se dirigían al lago durante la Muestra Universal.
El puente que comenzó a construirse en aquella jornada fue realizado por las empresas Auxini y Abengoa, y estuvo listo doce meses después. El canal norte-sur, que comunicó el lago de la Exposición con el río Guadalquivir, fue salvado por varias pasarelas; de ellas, la llamada del Lago formó parte del denominado eje este-oeste, definido por las correspondientes puertas del recinto.
La pasarela del Lago, diseñada por los ingenieros de caminos J.J. Arenas y M.J. Pantaleón, fue la última bajo la cual pasaron los visitantes que accedían al recinto en barco antes de entrar en el lago de la Exposición.
Por esta razón, se había cuidado con esmero el diseño arquitectónico del plano inferior del puente que ofrecía en este punto una imagen muy observada por los peatones y navegantes que siguieron el recorrido del canal de los Descubrimientos.
La longitud de la pasarela es de 72,60 metros. Este puente colgante cuenta con dos apoyos intermedios que conformaron tres vasos, uno central de 46.20 metros y dos laterales de 13,20 metros cada uno. El importe total del proyecto ascendió a casi ciento setenta y cuatro millones de las antiguas pesetas. La solución estructural del proyecto consistió en un puente colgante con tablero de hormigón prensado tanto longitudinal como transversalmente.
Pese a haber sido concebido para un uso primordialmente peatonal, la estructura se preparó para soportar las cargas de tráfico que estipulaba el uso posterior a la Expo 92.
La Sociedad Estatal de la Exposición Universal de Sevilla, solicitó a Juan José Arenas el diseño de un puente con carácter de pasarela para salvar uno de los canales artificiales creados en la sevillana isla de La Cartuja, en la cual se desarrolló la Expo’92.
El resultado fue una estructura compuesta por dos planos de suspensión paralelos, con tirantes de retenida rígidos compuestos por chapas de acero, lo cual confirió un destacado interés estético, con una marcada expresión del flujo interno de las fuerzas.
El interés estético de este puente descansa tanto en la pureza de su diseño como en la expresión de su flujo interno de fuerzas.
Diseñado y construido para el ambiente festivo de la exposición universal, este puente de mediana luz principal, 50 m sobre el canal, fue concebido como un tablero suspendido de dos planos laterales, compuesto cada uno por un cable cerrado anclado a las cabezas de dos marcos triangulares de acero.
El tablero se organiza a base de dos nervios de borde de hormigón pretensado que dan apoyo a un conjunto de vigas transversales, rítmicamente espaciadas, de sección mixta y hueca. Mordazas y rótulas, delicadamente trabajadas y próximas a los ojos del paseante, contribuyen a aumentar su valor plástico.
Durante la Exposición Universal, el tráfico de barcas en el canal bajo el puente, añadió vistas adicionales a esta interesante estructura.