Hoy vamos a recordar en la Expo-Hemeroteca una jornada muy especial que vivieron muchos trabajadores, periodistas y diferentes personas que formaban parte de la Expo’92 en la llamada Olimpiadas de la Expo.
Periodistas, trabajadores de distintos pabellones y personal de la Expo, todos a una, convocados por Canadá, rindieron un homenaje al olimpismo con su participación en pruebas de halterofilia, baloncesto, carreras en hidro pedales y una mini maratón mixta que cerró aquel 9 de Agosto de 1992 estas originales olimpiadas.
En las pruebas organizadas por Canadá no faltó la originalidad de las pesas de halterofilias, formadas por sacos de papas arrugas de Canarias o por un representante uniformado de la policía montada sentado en una silla con una niña en su regazo, que en conjunto pesaban unos cientos cuarentas kilos.
Un testigo de excepción de los deportistas fue la mascota <<Sirius>>, el ciempiés de la Comunidad Europea, y el fuego olímpico, que esperó en la puerta del participante griego para alumbrar el paso de los valientes corredores, los cuales no pensaron ni un momento en las elevadas temperaturas de Sevilla.
El recorrido contaba con metas volantes en los pabellones de la CE, Naciones Unidas y Cruzcampo, que entregaron premios a los ganadores, al igual que hicieron los de la Cruz Roja y Media Luna Roja, Suiza, Venezuela y Comité Olímpico Internacional. Los premios reconocieron no sólo los mejores tiempos de llegada sino también la imaginación de los participantes suizos, que lucieron estrafalarias vestimentas, y la modalidad elegida al correr por un miembro de la Guardia Civil, que hizo los cuatro kilómetros a la pata coja.
Las pruebas fueron muy originales, en la original carrera de relevos se sustituyó el testigo tradicional por latas de jarabe de arce, con lo que la prueba, además de relevos, era de levantamiento de peso, y en el partido de baloncesto entre periodistas y trabajadores canadienses jugaban conjuntamente hombres y mujeres, como en el resto de pruebas y demostraciones deportivas.
En la carrera de hidro pedales, que tuvo lugar en el rio, los participantes tuvieron que competir en una modalidad poco común, ya que no sólo corrían sino que también debían sortear obstáculos de estos patines acuáticos que avanzaban y retrocedían constantemente.
Como ves hoy hemos querido recrear aquella jornada que vivieron muchos trabajadores de la Expo’92, sus particulares juegos olímpicos de la Expo, una manera entrañable de practicar deportes y consagrar una gran amistad entre muchos trabajadores de diferentes países.