Con casi un mes de exposición iniciada aquel 14 de Mayo de 1992 el Consejero de Economía de la Junta de Andalucía, Jaime Montaner, que fue a su vez miembro de los consejos de administración de la Sociedad Estatal y Cartuja-93, pidió aquella jornada públicamente que se indultaran o se salvaran de la piqueta pabellones considerados efímeros como los de Japón, Finlandia, Castilla la Mancha o Chile, que precisamente llegó a un pre-acuerdo de venta a la Junta de Andalucía.
Montaner, que razonó aquella jornada esta petición argumentando la calidad arquitectónica de los edificios, hizo estas declaraciones durante la presentación, en la Expo, de un número especial de la revista de arquitectura <<AV>> dedicado a la Muestra Universal.
El consejero fue contestado en el acto por Jacinto Pellón, para quien el proyecto <<Cartuja 93>> no aconsejaba encariñarse mucho con los edificios y debía imponerse sobre aspectos particulares.
El proyecto de reutilización de la Cartuja, según Pellón, estaba en aquel 1992 más definido de lo que se pensaba y según él no podía admitir planteamientos anárquicos o incompatibles.
Jacinto Pellón puso también como objeción el posible uso inadecuado de los pabellones que llegaran a indultarse pese a estar en zona de edificios efímeros e indicó que sería grave dejar edificios sin un uso claramente definido y sin una viabilidad que permitiera utilizarlos inmediatamente, además Pellón recordó que la Expo estaba pensada para ser derribada después de la Muestra.
Finalmente pabellones efímeros que se solicitaban el indulto acabaron desmontándose algunos años posteriores a la Muestra Universal y otros justo al acabar el acontecimiento como el pabellón de Japón, pabellón diseñado por el arquitecto Tadao Ando, proyectado para la Expo’92 de Sevilla, Ando decidió que el pabellón debía representar en sí mismo a la cultura japonesa, por lo que fue construido en madera, material tradicional de su país, esta fue su primera obra fuera de Japón y la mayor estructura de madera construida hasta ese momento.
El pabellón de Finlandia durante la Muestra Universal se conoció este edificio popularmente como la garganta del infierno, en memoria de un monumento natural finlandés, el pabellón considerado efímero durante la Expo’92 finalmente se quedó permanente en la Isla de la Cartuja en la calle Marie Curie.
El pabellón de Castilla la Mancha finalmente se desmontó con otros pabellones autonómicos que no fueron trasladados en 1998.
Mejor suerte tuvo el pabellón diseñado por los arquitectos Germán del Sol y José Cruz que diseñaron otro de los pabellones en un principio realizado como efímero que después de la Exposición Universal, el pabellón de Chile permaneció en el recinto de la Isla de la Cartuja ubicado en la llamada Avenida 4 o Avenida del Ombú, en la actualidad Calle Albert Einstein.
Actualmente en la Isla de la Cartuja se conserva muchos pabellones de los llamados efímeros de la Exposición Universal y que podemos contemplar con un simple paseo por las calles del recinto.