
El presidente del consejo de administración de Cruzcampo, Robert Hermans, puso aquella jornada la primera piedra del pabellón que su empresa iba a construir en aquel 1991 en la Expo 92.
El nuevo presidente de Cruzcampo en aquel comienzo de año 1991 dijo que era la primera vez que hablaba públicamente en castellano, destacó del pabellón la pequeña fábrica de cerveza que incluiría las instalaciones de la Isla de la Cartuja. De esta manera los visitantes de la Muestra Universal pudieron degustar el mejor de los productos del pabellón recién fabricado y se llevaron su sabor andaluz a sus lugares de procedencia.

El presidente del consejo de administración de Cruzcampo dijo que en la línea de la temática de la Exposición, la cerveza de la firma sería un verdadero descubrimiento para el visitante. Finalmente, relacionó el producto con el microclima de la Expo: <<Nuestra cerveza ayudará a refrescar a quienes visiten el recinto>>.

El comisario general de la Exposición, Manuel Olivencia, agradeció el que la decisión de participar en la Expo 92 haya sido cuidadosamente respetada por la empresa a pesar de los cambios sufridos por su accionariado en aquel año 1991. Olivencia agradeció la participación de Cruzcampo como una gran empresa sevillana, andaluza, española y de proyección internacional y destacó también el emplazamiento singular que se le otorgó al pabellón, dentro del recinto, en una parcela próxima al lago de España.

Además de la pequeña factoría de cerveza, que pudo producir unos seis mil litros diarios, destaca también en el pabellón una gran cervecería restaurante con capacidad para ochocientas personas que fueron atendidas por doscientos camareros. Los responsables de la empresa calcularon una cifra de un millón de litros de cerveza que fueron finalmente superados durante los seis meses de la Muestra Universal.

El pabellón, fue ejecutado por Dragados y Construcciones según proyecto del arquitecto Miguel de Oriol. El pabellón se convirtió desde aquel momento en uno de los edificios legado de la Exposición Universal que han permanecido en el recinto de la Isla de la Cartuja y que en la actualidad se realiza las obras de adaptación y rehabilitación para un próximo uso cultural dentro de la Isla de la Cartuja.
Cruzcampo invirtió en su participación en la Expo 92 unos mil quinientos millones de las antiguas pesetas.