La Expo 92 recibió aquel 4 de Septiembre de 1991 completamente terminado, el primero de los noventa pabellones que tenían que construir los participantes oficiales. Se trataba del pabellón del Caribe, que agrupó a Bahamas, Jamaica, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago.
El hito, celebrado aquella jornada contó con la presencia del Comisario General, Emilio Cassinello, y representantes de los países caribeños. De esta forma el Pabellón del Caribe marcó el inicio de una sucesión de entregas de pabellones en la que siguieron posteriormente pabellones como Canadá, Noruega o pabellón de los países árabes.
El comisario intervino en el acto de entrega del pabellón caribeño para subrayar el carácter de hito de la terminación, por parte de la propia Organizadora, de los pabellones de los participantes oficiales.
<<El que el edificio haya sido terminado muy por delante del plazo reglamentario es señal, según Cassinello, de que la Expo iba por buen camino>>.
El pabellón, diseñado por los arquitectos Jesús Castañón, Ernesto Zapata y Eduardo Gómez, estaba formado por una planta irregular con diez módulos hexagonales que acogieron a los distintos países y que conformaron un patio central para uso común. El conjunto tuvo una superficie total de dos mil quinientos metros cuadrados y estuvo situado en la avenida de los Descubrimientos, frente al Pabellón del Futuro y lindando con el Palenque.
Tanto el edificio caribeño como el que agrupó a los países árabes o el que acogió a la mayoría de los países americanos habían sido financiados con cargo a presupuestos oficiales españoles, dada la precaria situación económica de estas naciones.