El archipiélago de Santo Tomé y Príncipe celebró su Día Nacional en la Expo con el objetivo principal de darse a conocer al mundo entero. Estas dos islas del Golfo de Guinea, situadas a ciento ochenta millas de la costa, en el Sur de Camerún, estuvieron presentes en la Plaza de África, junto a Angola, Cabo Verde, Camerún, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Kenia, Mozambique, Nigeria, Senegal y Zimbabue.
El presidente de la República de Santo Tomé y Príncipe, Miguel Trovoada presidió aquella jornada los actos protocolarios y culturales previstos con motivo del Día Nacional de su país en la Expo 92. La delegación de Santo Tomé y Príncipe visitó aquella jornada de honor los países temáticos, la Catedral y los reales Alcázares de Sevilla.
Santo Tomé y Príncipe fueron descubiertas en 1471 y colonizada en 1486. Estas islas sirvieron de paso de esclavos hacia América, hasta el año 1869 en que se abolió la esclavitud. Hasta esa fecha los trabajos más duros en las plantaciones de cultivo los realizaban personas reclutadas de África y nativos de la isla, mientras que los europeos formaban sociedades con fines comerciales.
La participación africana se hizo realidad dentro de este encuentro Universal gracias a la ayuda de la Confederación de Empresarios de Andalucía, que había subvencionado y construido el edificio Plaza de África. Por su parte, la Sociedad Estatal y la CE financiaron los contenidos del pabellón con mil doscientos millones de pesetas. La directora del pabellón señaló que lo importante es que los visitantes españoles y extranjeros se enteren de donde están las islas de Santo Tomé y Príncipe, ya que eran internacionalmente desconocidas en aquella época.
El recorrido por el pabellón de Santo Tomé y Príncipe, situado en la planta baja de la Plaza de África, comenzó por el lado derecho donde el visitante se encontraba con una escultura en forma de serpiente realizada con raíces de árboles por el escultor Juan Carlos Silva. Los contenidos de este pabellón se establecieron siguiendo la principal preocupación de los responsables de este país, que querían aprovechar estos seis meses para promocionar las islas.
Esta idea general se había particularizado por áreas donde se expuso en un primer espacio los elementos de la principal producción de este país, la agricultura. Granos de cacao y de café, e instrumentos de agricultura fue los primero que se mostraba al visitante.
El único tesoro del pabellón estaba compuesto por cuatro coronas de plata procedentes de una Iglesia y trasladadas posteriormente al Museo Nacional de Santo Tomé.
El visitante podía contemplar el arte de estas islas a través de muñecos de trapo artesanales, vestidos con los trajes típicos, que representaban a un grupo de teatro denominado <<Tchiloli>>.
Uno de los mayores atractivos del pabellón había sido los objetos artesanales realizados con caparazón de tortugas.
En la última zona del pabellón se encontraba algunos muebles realizados con madera embutida.