S.A.R Hassan bin Talal, que durante aquellos años ocupaba el puesto de Príncipe heredero de Jordania y la princesa Sarvath se encontraban en Sevilla aquella jornada para presidir los actos protocolarios y culturales en honor a Jordania en su día nacional en la Exposición Universal de Sevilla.
El deseo de Jordania, uno de los primeros países que aceptó la invitación de participar en la Expo, procedía de la firme convicción de que el intercambio cultural no sólo enriquecía a las culturas, sino que también ayudaría a la paz, al permitir que los pueblos atravesaran las barreras culturales, que algunas veces eran obstáculos para el mutuo entendimiento.
Jordania es el lugar donde comienza el Oriente. Es el cruce entre el Oriente Medio y los tres continentes: Europa, Asia y África. Su posición geográfica es un factor que ha condicionado su historia; Jordania siempre existió como centro comercial y comunicación de las grandes culturas del Viejo Mundo; egipcia, asiria, mesopotámica, bizantina y el reino islámico.
Jordania es un país único y bendito del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como de los primeros tiempos del Islam. El visitante en su recorrido por el pabellón de Jordania encontraría una copia del mosaico que representa el mapa más antiguo de la Tierra Santa y al otro lado una enorme maqueta que reproducía la ciudad de Petra.
Uno de los atractivos del pabellón fue la ciudad rosada casi tan antigua como el tiempo. Petra es una ciudad nabatea que fue labrada en los riscos de las rocas rosadas en un área casi inaccesible. Los primeros habitantes de este centro turístico fueron una tribu árabe-semita del norte de Arabia, que se estableció allí en el año 800 a.d.C.
Entre los mosaicos que se exhibió en el pabellón, destacó uno original, procedente de la Iglesia de los Apóstoles, decorada en el 578 d.C por el artista musiravo Salamanios. Este mosaico presenta la personificación del mar: la diosa marina Thalassa, según indicaba la inscripción en griego.
Jordania es un país repleto de yacimientos, monumentos y útiles que representan milenios de civilizaciones y culturas que enriquecieron estas tierras, que se remontan a los comienzos de la Humanidad, hace más de un millón de años.
Las herramientas presentan el primer arte. El recorrido por el pabellón de Jordania en la Expo fue un compendio de estas culturas y civilizaciones que se asentaron en la Jordania nororiental y meridional, gestando el arte rupestre, el comercio, el dominio de la cerámica.
Una vitrina mostró objetos de cerámica y su historia de esta técnica, que se inventó en Oriente Medio en torno al 5.500 a.d.C; entre los objetos se encontraban ejemplos de cerámicas antiguas de Jordania, desde las primeras producidas por el hombre Neolítico, a la edad de bronce hasta la cerámica ultra fina nabatea, romana y bizantina.
En el pabellón de Jordania había representada una tienda típica de cualquier ciudad jordana, realizada en madera, donde cualquier visitante podía comprar jarras de bronce para el café jordano, objetos de vidrio de colores, adornos, bolsos, etc.
La vestimenta característica de los pueblos jordanos estaba también presentes en el pabellón con seis maniquíes ataviados con bordados en seda, satenes listados brillantes o túnicas árabes.
El comisario de la Expo, Emilio Cassinello dijo aquella jornada durante el día nacional de Jordania, que este país estaba consiguiendo un nutrido historial por la búsqueda activa de la paz, además calificó la celebración del 92 de buen reflejo de todos los cambios.
El príncipe de Jordania, Hassan Bin Talal, cuyo discurso comenzó y finalizó en español, tuvo palabras de aliento para los responsables de la Muestra del 92 <<Es importante saber hacer cosas buenas en tiempos malos y difíciles>>.
Asimismo, el representante de la casa real jordana abrió su discurso haciendo alusión al poeta español Antonio Machado, al afirmar que si el caminante hace camino al andar, en la Exposición Universal de Sevilla se ha iniciado una nueva y bella andadura hacia el futuro.