El coche solar, el coche eléctrico, y la bicicleta del futuro llegaron aquella jornada al Pabellón de la Energía para ser exhibidos en la Muestra Universal de Sevilla. Se trataba de tres exponentes claves en la aplicación al transporte de energías alternativas al petróleo y que fueron presentados durante los seis meses de la Exposición Universal.
Tanto el coche eléctrico como el solar, que también poseían componentes eléctricos, eran vehículos de gran utilidad fundamentalmente para el desplazamiento urbano, tanto por su nula proyección contaminante como por su tamaño y velocidad (unos 60 Km. a la hora).
El coche solar que pudo verse en el Pabellón de la Energía, procedía de Puerto Rico, lugar donde había sido construido por profesores y estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez.
El prototipo creado en Mayagüez con un coste de unos cuarenta millones de las antiguas pesetas se conoció con el nombre de <<La estrella fulgurante del Caribe>> y que había participado en los Estados Unidos en competiciones deportivas de coches solares fabricados por iniciativa de diversas universidades norteamericanas, siendo seleccionado por la General Motors para introducirlo en la gama futura de sus productos.
Asimismo, el coche había contado con los auspicios de la Corporación para la Transformación Tecnológica (CTT), una corporación pública sin ánimo de lucro creado en Puerto Rico para estimular proyectos y tareas empresariales que incluyan innovaciones tecnológicas. La Asociación de Industrias de Energía Solar, el Centro de Energía Solar de Florida y el Departamento de Energía de Puerto Rico, trabajaban en aquellos años en la promoción y perfeccionamiento del vehículo.
De otro lado, la llamada bicicleta del futuro era de fibra carbón <<monocoque>> y fue diseñada y construida por Mike Burrows, un ingeniero e inventor británico.
Presentó una nueva orientación para superar el problema de construir una bicicleta que sea ligera, sólida rápida, cómoda y segura. Las ruedas estaban sujetas a una sola horquilla, y sujeta al cuadro, El tubo del cuadro tenía un núcleo de espuma, mientras que el conjunto de la horquilla delantera y manillar estaban hechos de cuarenta y seis capas de fibras de carbón y limados hasta conseguir el acabado final.
La bicicleta del futuro se mostró en el Pabellón de la Energía junto al coche solar y eléctrico dentro de los contenidos del pabellón temático durante los seis meses de la Muestra Universal.