La Expo’92 comenzó aquel día a estudiar las quince ofertas presentadas para el sistema de transporte interno de la Exposición Universal que incluían en sus proyectos iniciales (Tranvía, tren panorámico, telecabina y embarcaciones). Estos sistemas de transporte desplazarían unos veinte mil viajeros por hora entre los distintos recintos de la Expo, tanto por superficie como mediante una telecabina que sobrevolaría a unos veinticinco metros de altura.
Las ofertas fueron estudiadas por la división de Proyectos y Construcciones de la Sociedad Estatal, que fue presentada posteriormente la seleccionada en julio de aquel año 1988.
Un portavoz de la Expo 92 manifestó aquellos días que el sistema de transporte interno costaría unos cinco mil millones de pesetas, en esta primera fase se dejó fuera de la convocatoria el sistema de embarcaciones que recorrieron el canal de la Expo.
En un principio se proyectó unas líneas de autobuses eléctricos o un tranvía de la Expo con una línea de tres mil doscientos metros de longitud, que recorrerían las partes más interesantes de la muestra.
El proyecto de tren panorámico tenía en un principio una sola línea, en un solo sentido, con longitud total de tres mil cien metros, el proyecto incluía un recorrido por los pabellones internacionales, el canal, el lago y el parque de atracciones, incluso en un principio el tren panorámico o monorraíl estaba proyectado que cruzara el interior de algún pabellón.
El proyecto de la telecabina estaba concebido para un trayecto de ochocientos metros, a veinticinco metros de altura, y con un treinta por ciento de dicho recorrido sobre el lago artificial que tuvo la Expo, según su proyecto inicial.
El un principio el recorrido de la telecabina estaba proyectado en aquel 1988 partiendo desde la puerta de acceso a la Expo en la Barqueta y llegaría hasta el proyecto de parque de atracciones del recinto, estaba previsto que transportara a unos mil quinientos viajeros por hora en cada dirección.
Todos estos sistemas, según las condiciones fijadas por los organizadores debían ser accesibles para minusválidos. La Expo 92 estimó el coste de producción del transporte interno en unos cinco mil millones de pesetas.
La mayoría de las ofertas presentadas aquel día, según se presentó interpretó en sus primeros pasos de este estudio, plantearon sus soluciones al transporte en la Expo con vista puesta en su posible participación en el transporte urbano de la Sevilla posterior a la Exposición.
Las empresas que ofertaron a los distintos sistemas de transporte fueron las siguientes: Eurotrén, Monoviga, Mercedes Soule, Intamin, Leitner, Macosa, Maquinista Terrestre y Marítima, CAF, BN, Matra, Abengoa y Dragados y Construcciones, Trenes Vertebrados Goicoechea-Cenemesa, Interceran-Pinifarina, Transportes por Cable y Von Roll.