La estación de Autobuses de Plaza de Armas cumple 29 años de su puesta en marcha en 1992, fue inaugurada aquella jornada del 31 de Marzo por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el alcalde de Sevilla, Alejandro Rojas-Marcos en presencia de numerosas personalidades, la estación de autobuses de Plaza de Armas fue construida por la Administración Autonómica en suelo municipal.
La nueva estación se ubicó en terrenos liberados del uso ferroviario, entre la antigua estación de Córdoba y el borde izquierdo del tramo fluvial que conecta la dársena con el meandro de San Jerónimo. La estación inaugurada contaba con una superficie construida de diecisiete mil ochocientos sesenta y siete metros cuadrados.
Posee tres accesos para los autobuses que entrarían por una calle de nueva creación en aquel 1992, junto al cauce del río. La construcción se había realizado rebajando la cota de maniobras de los autobuses por debajo del nivel de la calle, por lo que el edificio no ocultaba la antigua Estación de Córdoba (hoy Centro Comercial Plaza de Armas).
Los accesos peatonales conectan con un hall circular donde se encuentran la venta de billetes, los aseos, zona de espera y restaurante. Desde esa zona se accede a la nave de andenes, con capacidad para cuarenta y cuatro vehículos de distintas dimensiones.
La Junta de Andalucía invirtió en la construcción de la nueva estación mil cuatrocientos millones de las antiguas pesetas, cantidad similar a la aportada por el Ayuntamiento en terrenos. La titular de la estación de autobuses de Plaza de Armas en su inicio fue la Consejería de Obras Públicas.
Juan Cuenca Montilla, arquitecto autor del proyecto de la nueva estación de autobuses de Sevilla, denominó las ventanas del edificio, <<ventanas paisaje>>, lo que permitió que desde la nave de las dársenas, como prácticamente desde todo el edificio se tuviera vistas a la Exposición Universal. Para ello, el cerramiento de toda la fachada más cercana a la Cartuja, y parte de la prolongación de la calle Torneo, no fue tal sino que contó con unas rejas que permiten ver desde la antigua estación de Plaza de Armas las modernas edificaciones que forman la Muestra Universal de Sevilla.
También en la galería comercial, cuya cubierta está formada por lucernarias inclinadas, se pudo ver la Expo a través de esas originales <<ventanas paisajes>>.
El edificio que se puso en funcionamiento en aquella jornada, contaba con una pared acristalada, a la altura del tambor que lo corona, que contribuyó a dar luminosidad a la nueva estación de autobuses. Desde la cafetería también se pudo disfrutar de espléndidas vistas de la dársena y la Cartuja.
El cerramiento del edificio no solo permitió ver la Expo, sino que contribuyó a refrescar el inmueble de los incesantes humos de los vehículos que se daban cita en la estación.
Por la nueva estación de autobuses de Sevilla pasaron una media diaria de treinta y cuatro mil personas durante la Expo 92 en mil doscientos autobuses diarios, lo que significó una media en su primer año de once millones quinientos mil viajeros y cuarenta y dos mil vehículos.