Hoy nos trasladamos en la Expo-Hemeroteca al 10 de Enero de 1999, fecha en la que se clausuraba el Espacio Cultural Puerta de Triana que formó parte de uno de los activos legado de la Exposición Universal de 1992.
El Pabellón de la Navegación vivió una gran jornada de clausura en su primera etapa con los activos expositivos de la Muestra Universal de Sevilla con una asistencia de miles de sevillanos en su despedida hasta 2002, fecha en la que se volvieron a poner en marcha la actividad congresual de sus instalaciones con motivo del décimo aniversario de la Expo’92.
Miles de sevillanos decidieron aprovechar la última ocasión de disfrutar del Espacio Cultural Puerta de Triana, en especial de uno de sus pabellones, el de la Navegación, que cerraría sus puertas con la incertidumbre de sus futuros proyectos congresuales hasta marzo del 2008, fecha en la que se inició la ejecución del nuevo proyecto de reforma del edificio diseñado por el arquitecto Vázquez Consuegra.
Aquella mañana del 10 de Enero de 1999, casi primaveral, comenzaría la última jornada del Pabellón de la Navegación dentro del Espacio Cultural Puerta de Triana, uno de los grandes estandartes de la Expo’92, a las puertas del pabellón se inició una cola desde primeras horas de la mañana y que no cesó durante todo el día, recordaba los meses dorados de la Exposición, en los que la capital andaluza deslumbraría a todos los visitantes nacionales y extranjeros que vinieron a conocer las excelencias de la muestra universal.
Para aliviar la espera de aquella mañana, diversos grupos de animadores se encargaron de entretener a los numerosos viandantes que por allí se acercaron, otra de las actividades que tuvieron lugar fueron protagonizadas por un grupo de animadores que encarnaban a buhoneros, capitanes y demás personajes medievales.
El grupo de animación circense, compuesta por zancudos, payasos y la animación marinera de la época medieval fueron otras de las actividades organizadas para clausurar el Espacio Cultural Puerta de Triana.
Para fomentar la visita de los sevillanos a este espacio, su dirección puso en marcha un plan especial en la recta final, con solo mil pesetas cualquier visitante podía disfrutar de todos los contenidos que lo conformaban: la Nao Victoria, el Cine Espacial Omnimax, el catamarán, la Torre Mirador y el Pabellón de la Navegación.
El Espacio Cultural Puerta de Triana funcionó aceptablemente en cuanto a afluencia de público pero sus cuentas no terminaron de consolidarse. Los gastos de mantenimiento de este enorme parque de más de 20 hectáreas lastraron la cuenta de resultado de este proyecto que ocasionó pérdidas millonarias para la sociedad gestora AGESA que terminó por adoptar la decisión de privatizar el espacio con sus contenidos.
Mediante concurso público AGESA adjudicó la venta del Espacio Puerta de Triana a una sociedad, Puerto Triana, de nueva creación y origen sevillano (cajas de ahorro San Fernando y El Monte e Ingeniería AYESA). El Pabellón de la Navegación quedó destinado a caer en manos privadas con un futuro incierto hasta que en 2003, la firma definitiva del contrato de compraventa de la zona de Puerta Triana de AGESA a Puerto Triana, devolvió la propiedad del Pabellón a la Sociedad Estatal. La sensatez conservó este activo en manos públicas ante la posibilidad de convertir este edificio en centro comercial o edificio de oficinas.