Tal día como hoy se celebró en la Isla de la Cartuja el Día Nacional de Túnez en la Expo 92, un país vecino, Túnez. Geográficamente e históricamente próximo a España había apostado por mostrar un pabellón de marcado carácter cultural huyendo del contenido meramente audiovisual por los que se habían inclinado otros países en sus pabellones.
El Primer Ministro, Hamed Karuui, representó al país en la celebración de su Día Nacional en la Expo 92.
<<Tolerancia y solidaridad>> fue el lema con el que este país, el más pequeño del Magreb, se presentó en la Expo. Túnez, que había plasmado su herencia cultural e histórica a través de su pabellón, ofreció una visión de apertura y cooperación con el resto del mundo.
Cuatrocientos millones de las antiguas pesetas había sido el presupuesto tunecino para participar en la Muestra Universal. Su pabellón individual que ocupó una parcela de 1.510 metros cuadrados, seguía la línea propia de la arquitectura del país, con el predominio de las cúpulas, los arcos y las celosías, pintados con los colores del Mediterráneo, blanco y azul.
Dos réplicas de mosaicos, <<Achille cazador>> y <<Bebe y vivirás>>, junto con algunas esculturas, todo ello expuesto en el exterior, fue una pequeña muestra de lo que el pabellón encerraba en su interior.
El mar y los navíos, el mundo del Nilo, las creencias religiosas y escenas naturalistas, fueron algunos de los temas que presentaron en los mosaicos realizados hace siglos en los talleres tunecinos y que podían ser contemplados en el interior de este pabellón durante la Expo 92. Aunque los mosaicos acapararon buena parte del éxito del edificio no fue, sin embargo, lo que más llamó la atención entre los visitantes. La mayoría de ellos coincidían en señalar a dos esculturas de bronce y, más concretamente a una, <<Hércules ebrio>>, como la más interesante, en la que se veía a Hércules tomando sus copitas de más o la otra escultura, la de <<Baco infante>> fueron algunas de las que más gustaron entre los visitantes.
Estelas de Cartago, objetos islámicos de gran antigüedad y restos arqueológicos púnicos (máscaras, navajas, monedas, joyas), son una reseña de la riqueza histórica y cultural de este país árabe, corazón del Mediterráneo.
Una exposición de mapas marítimos y de vistas de puertos tunecinos, que ilustran el puesto privilegiado que el mar siempre había ocupado en la historia de esta nación, la recreación de la sala de una de sus típicas casas de pueblo y una gran pantalla en la que se podían ver varios videos sobre los principales paisajes de Túnez, conformaron la última zona expositiva del pabellón.