Aquella jornada se celebró el día nacional del Principado de Mónaco en el recinto de la Exposición Universal de Sevilla. Los actos contaron con la presencia del Príncipe soberano Rainiero III, el Príncipe heredero Alberto y la Princesa Carolina.
Pese a ser el estado de Mónaco uno de los más pequeños de Europa, el Pabellón de Mónaco había dado la campanada en la Expo, suscitando la atención más entusiasta del público.
El Pabellón del Principado de Mónaco contaba durante la Expo 92 con un aforo de 10.000 personas al día, atraídas sobre todo por un acuario gigante que reproducía durante la Muestra Universal la flora y la fauna del litoral monegasco.
Para darle mayor verismo el acuario durante los seis meses de la exposición tenía oleaje artificial, restos de ánforas sumergidas en el fondo del mar y buzos que se sumergían.
Otros elementos expositivos del pabellón fueron los maniquís vestidos con trajes de ópera de principios de siglo, el coche de carreras que ganó el Rally de Montecarlo en 1991 al mando de Carlos Sainz y un Bugatti de 1924.
La fachada principal del pabellón del Principado de Mónaco reproduce el Casino de Montecarlo y el Museo Oceanográfico, dos de los monumentos arquitectónicos más característicos de Mónaco.
La vocación marinera de este país estaba representada, exteriormente, por la estatua del Príncipe Alberto I, llamado el Príncipe Sabio, autentico lobo de mar que realizó en vida un total de veintiocho expediciones científicas, desde las Azores hasta Noruega.
A la entrada del pabellón te recibían dos guardias de palacio, que, aunque de cartón piedra, desde lejos y en la cola, daban apariencia de ser reales.
El acuario está atravesado por un túnel de trece metros que daba sensación de saltar a las profundidades marinas. El decorado reproduce una gruta submarina, donde la fauna y la flora de los arrecifes de coral habían sido reconstruidos como en su medio natural.
El acuario contiene 400 metros cúbicos de agua, con una altura y un diámetro de 4 y 12 metros respectivamente. Durante la Exposición Universal en 1992 fue el acuario más grande de Europa hecho en metacrilato y agua sintética.
Aunque Mónaco celebraba aquella jornada su día nacional en la Isla de la Cartuja, el foco de atracción de la jornada lo conformaba la familia Grimaldi, desplaza hasta la Expo 92 para rendir homenaje al Principado de su país.
La familia real de Mónaco se trasladó desde primera hora de la mañana al recinto de la Isla de la Cartuja en caravana protocolaria desde un céntrico hotel de la capital hispalense hasta el Camino Real que daba acceso al Monasterio de Santa María de las Cuevas donde firmaron en el libro de Honor de la Exposición Universal.
El Palenque, fue el segundo escenario por antonomasia que cobraba importancia en la celebración de las jornadas festivas en la Expo con el cartel de no hay localidades desde bien temprana hora en el día nacional de Mónaco.
La simpatía que provocaba la familia Grimaldi entre los españoles quedaría patente por la reacción de las colas que presentaba el pabellón de España, cita obligada para las visitas oficiales. Aplausos y vítores acompañaron a la entrada de los tres miembros de la Familia Real al pabellón de España, donde fueron obsequiados con una porcelana conmemorativa del evento que acogía España durante aquel 1992.