La celebración del Día Nacional de la República de Chipre en el recinto de la Isla de la Cartuja contó con la presencia del presidente chipriota, George Vassiliou.
La isla de Chipre, en el Mediterráneo Oriental, alcanzó su independencia como país en 1959, tras 81 años bajo la administración británica. Sin embargo, en el verano de 1974, la zona norte fue invadida por los turcos. Doscientas mil personas, que conformaron el 80 por ciento de la población de la parte ocupada, fueron arrojadas de sus casas y convertidas en refugiados, víctimas de la aplicación por parte de Turquía de la política de <<limpieza étnica>>, que se puso en práctica por primera vez Europa después de la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo trasladaron de manera ilegal a Chipre decenas de miles de colonos de Anatolia.
Los contenidos expositivos del pabellón de Chipre reflejaron la historia de este pueblo a lo largo de 9.000 años. Su situación estratégica en el Mediterráneo Oriental les había dejado un legado cultural fruto de la sucesión de aqueos, fenicios, asirios, egipcios, persas, romanos, francos, venecianos, turcos o británicos.
La reproducción del barco mercante <<Kirenia II>>, del siglo IV a.C., prototipo de los navíos que se utilizaban en tiempos de Alejandro Magno, dominaba los contenidos expositivos. Fue la copia de un barco griego de la antigüedad encontrado casi intacto y que permaneció hundido en las costas de Chipre más de 2.000 años, con un cargamento de ánforas y molinillos. La embarcación original fue rescatada en 1975, tras ocho años de labor arqueológica. Actualmente se encuentra en el museo de Kirenia en la parte norte de la isla ocupada por los turcos.
Alrededor del <<Kirenia II>> se distribuyeron los contenidos pertenecientes a la antigüedad. El cobre, como principal riqueza, se presentó mediante la copia del <<Dios lingote>>, divinidad masculina que simbolizaba la fertilidad de la metalurgia, así como la simulación de una pequeña mina.
La importancia de la navegación, tanto como vehículo de mercancías como de ideas, se plasmó en trece objetos pequeños de cerámica que tenían como motivo común diversos modelos de embarcaciones.
En otra gran vitrina se mostraron originales en cerámica y esculturas en terracota o mármol, como el torso de Afrodita desnuda del período romano; una lanza de bronce ornamental en forma de hoja de árbol del siglo I o un busto de figura femenina moldeada en terracota del período chipro-arcaico.
Lo más llamativo del pabellón de Chipre fueron los cinco iconos bizantinos que decoraron la sala contigua a la del barco: la <<Virgen Hodegetria>> o la <<Virgen Filoquiotisa>>; el icono de <<Ayios Nikolaos>> o el del Arcángel Miguel junto a un Pantocrator, que expresaba lo <<arcaico>> de la técnica que aportaba dureza a la figura y la suavidad de los rostros del Niño que apuntaba cierta dulzura a la vez que parecía anunciar el Renacimiento en Occidente.
La actualidad de Chipre se recogía en el pabellón mediante una muestra de audiovisuales, tanto de aspectos geográficos y culturales como de la labor llevada a cabo para la supervivencia de las tortugas gigantes en sus costas. Una tienda y un restaurante completaron la oferta de este pequeño país europeo.