El Pabellón de la Energía celebró aquella jornada su día de honor en el recinto de la Cartuja. Este pabellón se encontraba ubicado en la Plaza del Futuro, donde también se localizaban los pabellones del Universo, las Telecomunicaciones y el Medio Ambiente.
Este pabellón temático había sido construido por la Sociedad Estatal y financiado por un proyecto privado, fruto del consorcio entre 58 empresas pertenecientes a los sectores del petróleo, el gas y la electricidad. Este grupo patrocinador respondía a las siglas de <<UTE>> (Unión Temporal de Empresas de la Energía para la Expo 92).
La idea de este colectivo fue de transmitir un mensaje asequible sobre el papel que desempeñaban las empresas energéticas en los albores del siglo XXI. Al mismo tiempo, sirvió como lugar de encuentro para personas e instituciones relacionadas con el sector energético.
El tema básico del pabellón fue la relación existente entre la energía y la calidad de vida. El objetivo fue de dar una visión seria y a la vez entretenida del mundo de la energía en la vida actual y la alternativa de nuevas fuentes que dio pie a los contenidos de la muestra expositiva.
La visita al pabellón se iniciaba en la parte alta, para ir posteriormente descendiendo. La entrada daba paso a una escalera mecánica bastante empinada, que parecía estar suspendida en el aire. Desde los escalones fue posible contemplar una panorámica de los contenidos, de un golpe de vista.
Sobresalía una <<máquina de transmisión de la energía>>. Esta máquina mostró algunos de los principios relacionados con la transmisión de la energía a través de los distintos movimientos de las bolas y el péndulo que la integran. Al estar suspendida del techo, podía verse desde cualquier punto del pabellón.
La primera presentación audiovisual, visionada en un globo terráqueo, resumió el viaje humano del descubrimiento: desde el fuego al conocimiento del núcleo del átomo. La bola de cristal fue una pantalla esférica en la que se proyectaban dos imágenes distintas. Por un lado, mostraba imágenes de continentes, océanos y grandes masas tomadas desde satélites espaciales. Del otro, se podía ver el audiovisual descrito anteriormente.
En este último piso también podía contemplarse una introducción a cuatro invenciones clave y doce inventores importantes que constituyeron contribuciones decisivas para el progreso humano. <<La galería de los héroes>> enseñaban el progreso alcanzado en el mundo gracias al esfuerzo y el ingenio del hombre. Los cuatro personajes representados, fueron autores de descubrimientos relacionados con la energía: la máquina de vapor, la luz eléctrica, la máquina de combustión interna y la energía nuclear.
Otro de los atractivos del pabellón lo constituyeron ocho <<esculturas móviles>> de gran altura. Simbolizaban la energía relacionada con el transporte y la alimentación: un caminante, un tren, una bicicleta, un avión, un coche o un camión. Los visitantes de esta sección, niños sobretodo, podían accionar la manivela, para transformar la energía mecánica almacenada en sus músculos en el movimiento de las esculturas.
Además también tenían la posibilidad de utilizar los ordenadores de la <<energía y el viaje>>, para saber cuánta energía habían consumido en el viaje a la Expo desde su lugar de procedencia.
En la planta baja del pabellón se expuso algunos objetos que mostraron el ciclo productivo de la electricidad, el petróleo y el gas, así como el uso eficiente de la energía en el futuro. Entre ellos, un coche eléctrico, el camello solar, las lámparas de inducción, la bicicleta de Miguel Induráin o el coche solar cedido por la Universidad de Puerto Rico.
En esta misma planta tres calles dedicadas al petróleo, la electricidad y el gas permitió un recorrido por los procesos de producción que sufrían estas energías desde sus fuentes primarias hasta las distintas formas de uso final a través de maquetas, objetos y audiovisuales.
Otro audiovisual enseñó al pasajero como sería la casa del futuro, un edificio inteligente donde todo estaba automatizado para conseguir el más alto grado de eficiencia desde el punto de vista energético.
El Día de Honor de la Energía en la Expo estuvo presidido por el presidente de Endesa y Unesa, Feliciano Fuster, quien elogió la presencia de las cincuenta y ocho empresas españolas del mundo del petróleo, el gas y la electricidad, unidas en un proyecto energético común como fue el Pabellón de la Energía.