La Exposición Universal de 1992 vivió aquel día una jornada histórica con la presencia de diecisiete jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos que visitaron la muestra como culminación de la Cumbre celebrada aquellos días de Julio de 1992 en nuestro país.
América, fue el pretexto histórico que había servido como plataforma para organizar en Sevilla una Exposición Universal, en virtud de la conmemoración del Descubrimiento y que aquel día tuvo lugar el acto protocolario más importante que se haya celebrado jamás en Sevilla, y que además contribuyó a dar contenido político a la Muestra en la escena internacional.
La llegada de Sus Majestades los Reyes y los dieciséis mandatarios iberoamericanos se efectuaron a primera hora de la mañana ante el Monasterio de Santa María de las Cuevas donde fueron acompañados por una Sección de la Guardia Real en traje de Gala, así como varias decenas de coraceros del mismo Cuerpo distribuidos a lo largo del Camino Real.
Pasadas las diez y treinta y cinco de la mañana, comenzaba a sonar una antigua marcha militar a la vez que iniciaba la entrada la comitiva, a cuyo frente figuraba el presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, seguido ya por todos los participantes en el acontecimientos: Sus Majestades los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, las infantas Doña Elena y Doña Cristina y los presidentes de España, Felipe González; Argentina, Carlos Menen; Ecuador, Rodrigo Borja; El Salvador, Alfredo Cristiani; Uruguay, Luis Alberto la Calle; Guatemala, Jorge Serrano; Costa Rica, Rafael Calderón; Puerto Rico, Rafael Hernández Colón; Bolivia, Jaime Paz Zamora; Nicaragua, Violeta Chamorro; Chile, Patricio Aylwin; Honduras, Rafael Callejas; Paraguay, Andrés Rodríguez; Panamá, Guillermo Endara; Brasil, Fernando Collor de Mello y Cuba, Fidel Castro, que entró en animada conversación con la Infanta Doña Cristina.
Los mandatarios iberoamericanos se situaron delante del Monasterio de Santa María de las Cuevas para presenciar el izado de las banderas de los países presentes. El abanico multicolor de las banderas quedó reflejado sobre las aguas de los pequeños lagos de la explanada de la Cartuja.
Seguidamente, los Reyes España y sus invitados, así como las autoridades presentes se dirigieron al interior del Monasterio. En la denominada <<Capilla de Afuera>>, se dispuso una mesa circular para que los mandatarios iberoamericanos firmaran en el Libro de Honor de la Expo.
El programa oficial de los mandatarios iberoamericanos en la Expo no permitió un recorrido detallado por la Exposición. Por esta razón, se eligió el monorraíl como medio de transporte más adecuado para que los presidentes y jefes de Gobierno pudiesen hacerse una idea del recinto de la Cartuja antes de acudir a la Plaza de América y visitar los pabellones de sus respectivos países.
Tras el acto celebrado en el Pabellón conjunto de Plaza de América, los jefes de Estado o de Gobierno se dirigieron al Pabellón de España, donde se celebró un almuerzo presidido por Sus Majestades los Reyes.