Castilla y León celebró su día de honor coincidiendo con la fecha conmemorativa del Tratado de Tordesillas y culminó aquella jornada de honor con un programa de actividades de gran nivel y variedad puestas en marcha por los responsables del pabellón, contando con la presencia del presidente de la región, Juan José Lucas, que estuvo acompañado por José María Aznar, quien antes de ser el presidente del Partido Popular lo fue del Gobierno de Castilla y León.
Frente al cubo blanco y majestuoso que preside el Pabellón de España, Castilla y León había construido al otro lado del lago un cubo metálico, de veintiocho metros por cada lado.
El pabellón de Castilla y León estuvo situado junto al de Andalucía, se configuró como una estructura metálica envolvente cúbica y abierta de 28 x 28 metros. Los dos edificios que lo componían estaban formado por un prisma rojo, de cinco plantas con sótano, y un cubo gris de dos plantas, elevado y conectado con el anterior.
Los contenidos del pabellón ocuparon cinco salas. Un auditorio, configurado como sala de uso múltiple, que era lo primero que veía el visitante al entrar.
Bajo el nombre de <<El túnel de la Lengua>>, el Pabellón de Castilla y León ofrecía una muestra dedicada a la lengua castellana desde sus primeros balbuceos.
Otra sala exhibió, con audiovisuales y una maqueta, los recursos naturales, su tratamiento y protección, la flora y fauna característica.
En la segunda planta del pabellón se había ubicado la exposición <<Tesoros de Castilla y León>>, que supuso una de las colecciones de arte más importantes de entre las que estaban de modo permanente en la Cartuja durante la Expo 92.
Los objetos representaron un conjunto de obras de arte que correspondían a todos los períodos históricos y a diversos centros de producción artística, desde el Paleolítico hasta los Reyes Católicos.
El recorrido por la Sala del Tesoro se iniciaba con la placa de pizarra de la época paleolítica, de Soria, en la que estaban grabados animales y que representaban una de las manifestaciones más importantes del arte paleolítico.
El pabellón castellano-leonés fue obra de los arquitectos González, Álvarez, Martínez, De la Iglesia, Cavallero y Martínez Rodríguez, este edificio tenía unas dimensiones, igualmente cúbico, alzado sobre pilares en cuyo interior se situó el auditorio y la sala de exposiciones permanentes.
El segundo edificio con forma de prisma con sótano y cinco plantas. Una rampa hasta la primera planta facilitó el acceso a las exposiciones. Con esta actuación arquitectónica se consiguió contrastar el interior casi ciego con el exterior.
Los contenidos del pabellón se estructuraron en cinco áreas expositivas. Además de la revalorización del pasado, Castilla y León quiso mostrar su proyección hacia el futuro, con un triple objetivo: el posicionamiento estratégico de la región como puente de unión de Portugal con Europa, la presentación de las ventajas de localización de la zona para los inversores.
El presidente de la Comunidad de Castilla y León, Juan José Lucas Jiménez, pidió durante la jornada de honor de su región, solidaridad con los problemas que se acuciaban a esta autonomía, además hizo hincapié en como Castilla y León había vuelto a dar ejemplo de apoyo desinteresado a los grandes eventos nacionales que se estaba sucediendo durante aquel 1992.