Tal día como hoy 3 de Mayo del año 1991 se abría al público los jardines del Guadalquivir y la torre mirador durante las visitas a las obras de la Exposición Universal de Sevilla.
Doscientas pesetas tenían que pagar desde aquella jornada los visitantes que querían contemplar las obras de la Expo’92 desde la torre panorámica del recinto dentro del programa de visitas a la Expo que comenzaba una nueva fase en aquel 3 de Mayo de 1991 con la entrada en servicio público de esta torre y la apertura de los jardines del Guadalquivir, que se llevaba a cabo cada domingo y día festivo.
El visitante que entraba en el recinto de la Isla de la Cartuja desde aquella fecha accedía al recinto por la puerta sur, a pie o en vehículos que se estacionaba en el aparcamiento sur junto Chapina, desde allí partía un servicio de transporte que les trasladaba a la llamada plaza de servicios o plaza Expo, una vez allí los visitantes podían visitar la carpa de maquetas y de proyecciones audiovisuales, así como recorrer diferentes zonas del recinto a través de unos servicios especiales de autobuses con azafatas.
Desde aquel día los visitantes de la pre-expo vieron incrementado su oferta con aquella opción en la que se podía acceder al recinto desde el puente de la Barqueta y recorrer gran parte del jardín del Guadalquivir.
La intención de la organizadora durante aquellos meses de obras en el recinto fue ir abriendo poco a poco la totalidad de los parques de la Isla de la Cartuja a medida que lo permitía el crecimiento de las plantas y árboles.
Los Jardines del Guadalquivir, considerados los jardines por excelencia de la Expo’92 constituyen un pulmón verde que une la dársena del Guadalquivir y la Isla de la Cartuja formando parte de la red de espacios verdes que existen actualmente en la ribera de la Cartuja.
Este peculiar jardín que abría sus puertas al público tal día como hoy hace 32 años con motivo de las visitas a las obras de la Expo, comprende una superficie cercana a las ochos hectáreas, extendiéndose desde el Auditorio hasta las proximidades del Puente de la Barqueta.
El marco de diseño del parque da lugar a una gran diversidad de espacios ajardinados siendo en total 12, destacando en ellos durante la Expo’92 la abundancia de fuentes y surtidores de agua, hitos escultóricos de autores reconocidos mundialmente y formaciones vegetales de alto valor botánico y paisajístico.
Los jardines alcanzan en la actualidad una diversidad vegetal de aproximadamente 190 especies originarias de los cincos continentes, destacando formaciones más naturales como la vegetación de ribera y de bosque mediterráneo.
En esta zona que abrió las puertas a los visitantes antes de que la Expo estuviera finalizada en su totalidad de obras, funcionaban también unas instalaciones similares a las de la plaza de servicios, con cafetería, kioscos y tiendas que permanecían abiertas durante la hora de descanso en las visitas a las obras, asimismo también los visitantes que pisaban los jardines del Guadalquivir tenían la visita esporádica algún domingo de la mascota Curro.