Indonesia, el cuarto país mayor del mundo en aquellos años 90, celebró aquel 26 de Agosto de 1992 su Día Nacional en la Isla de la Cartuja, que contó con la presencia del ministro de Turismo, Correos y Telecomunicaciones del citado país, Soesilo Soedarman, que hizo alusión al esfuerzo que Indonesia estaba realizando aquellos años para unirse a la categoría de las naciones desarrolladas.
Indonesia, un enorme archipiélago formado por más de diecisiete mil islas y con una población estimada en 1992 de unos ciento ochenta y dos millones de habitantes celebraría aquella jornada su día grande en la Exposición Universal de Sevilla.
El ministro del país indonesio, recordó en su discurso el esfuerzo que su gran país estaba realizando para unirse a la categoría de las naciones desarrolladas. En este sentido Soesilo Soedarma explicó que Indonesia posee unas excelentes condiciones para el turismo y aseguraría que en diez años alcanzarían un crecimiento económico anual superior al quince por ciento.
Soedarma añadió que su país estaba lleno de contrastes entre lo nuevo y lo antiguo: la continuidad de las costumbres por un lado y una gran expansión económica por otro.
Para el comisario Emilio Cassinello, la genial equivocación de Cristóbal Colón, que nunca llegó a estas islas de las especias, es la que ha hecho posible aquella conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Por último, Cassinello habló de la colaboración entre Indonesia y nuestro país.
El pabellón de Indonesia tenía la planta superior dedicada a las zonas de exhibición. Danza y música fueron los elementos básicos de sus contenidos con un show multimedia en torno a la cultura, el baile, el perfil de Indonesia y sus posibilidades turísticas. La historia de este país se podía ver mediante un mapa antiguo de ese país y otro de Europa.
La organizadora de la Expo 92 dispuso la construcción de varios pabellones para países sin recursos que no podían sufragar edificios propios. Uno de ellos fue el pabellón múltiple número 3 para Filipinas e Indonesia, localizada en la denominada Plaza Asean.
El presupuesto de construcción era muy limitado, así como la superficie construida. Para aumentar las áreas de estancia y descanso se dispusieron grandes terrazas cubiertas con pérgolas de sombra. La composición se basaba en un círculo y cuadrado enlazados por una rampa común, que permitió un recorrido conjunto de los dos pabellones.
El pabellón de Indonesia tenía en su planta baja un pequeño auditorio para bailes étnicos. El sistema constructivo se basó en la utilización de una estructura metálica con cerramiento de paneles sándwich de aluminio lacado.