Coincidiendo con el Día de Honor de la Cruz Roja y Media Luna Roja en el recinto de la Isla de la Cartuja, se conmemoró también el Día Mundial del Organismo Internacional.
Los diversos actos que fueron programados en aquella jornada hicieron que se congregaran a los máximos responsables de la institución en la Exposición Universal de Sevilla donde encontraron un escenario propicio para la difusión del mensaje de solidaridad al mundo., reivindicando el esfuerzo común en la ayuda ante los desastres.
Entre otras personalidades del organismo internacional, estuvieron presentes en el recinto, el presidente de la Comisión Permanente del Movimiento Internacional, Ahmad Abu-Goura, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Cornelio Sommaruga, el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Mario Villarroel, y la presidenta de dicha institución en España, Carmen Mestre.
El pabellón de la Cruz Roja y Media Luna Roja estuvo situado durante la Muestra Universal en la avenida número 5, entre los pabellones de China y Sudáfrica.
Con una superficie de más de tres mil metros cuadrados, distribuidos en tres plantas, el pabellón mostró un aspecto inacabado, con una estructura roja y blanca a la vista.
Con esta imagen se pretendió simbolizar a un edificio que había superado un cataclismo y aún sigue en pie.
Mediante impactantes imágenes audiovisuales, los visitantes vivieron de cerca los desastres naturales, los conflictos bélicos y la labor del Movimiento Internacional de la Cruz Roja en todo el mundo.
Ciento diez voluntarios de setenta países participaron en las actividades del pabellón, acompañaban al visitante en su recorrido y les relataban sus vivencias como voluntarios.
Mediante una rampa, desde la que se escuchaba los latidos de un corazón humano, se llegaba a la entrada del edificio, compuesta por dos salas de acogida. En grupos de veinticinco personas se iba accediendo al interior, siempre a través de rampas ascendentes, a oscuras y con el sonido de fondo de los latidos.
La primera parada se realizaba en una pequeña sala de proyección donde se emite una película de cuatro minutos de duración titulada <<Llamamiento a la solidaridad y a la paz>>.
El recorrido continuaba por la <<rampa de los desastres>>, llamada así por el bombardeo continuo de imágenes de sequías, terremotos, inundaciones, erupciones de volcanes y hasta de Omayra, la niña que quedó atrapada en las faldas del volcán de Nevado del Ruiz de Colombia, al entrar en erupción.
Un sonido escalofriante acompañaba a las impactantes imágenes en el pabellón de la Cruz Roja y Media Luna Roja. De las escenas sobre catástrofes naturales se pasa a las de las catástrofes originadas por las manos de los hombres: las guerras, bombardeos, cañones y campos de concentración, fueron los protagonistas en esta zona del pabellón.
A continuación, un nuevo tramo de rampa mostraba otras lacras de la sociedad. Esta vez, el turno fue para las grandes migraciones por razones económicas, de guerra, o persecuciones.
En la sala, que permanecía totalmente a oscuras al igual que en el resto del recorrido, se iluminaron por un instante los símbolos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y la frase <<Una Luz en las tinieblas>> traducida en cuatro idiomas.
La visita al pabellón finalizaba en un espacio abierto donde ya con luz del día el visitante era conducido hasta un anfiteatro donde a través de diversas pantallas se les informaba de la actuación del Movimiento Internacional de la Cruz Roja. También en el exterior, sobre una pared se había colocado números fotografías fijas con lo que constituye el día a día de los voluntarios de la Cruz Roja.
Este pabellón pese a convertirse en uno de los pabellones menos visitados, sólo unas dos mil personas diariamente, fue considerado por la revista TIME como uno de los más interesantes de la Expo.
El comisario general de la Expo 92, Emilio Cassinello destacó en su intervención el merecido homenaje a los voluntarios que estaban trabajando en las desgracias internacionales que se producían en cada momento.