El gobernador de Puerto Rico, Rafael Hernández Colón, puso fin aquel 20 de Mayo de 1988 a una visita oficial a España, con un recorrido por las obras de la Expo’92, en Sevilla.
El gobernador aprovechó su entrevista con el comisario de la Expo´92, Manuel Olivencia, para anunciar el nombramiento de José Roberto Martínez Ramírez como comisario de Puerto Rico para la Exposición Universal de Sevilla de 1992.
Rafael Hernández Colón recorrió las obras de la Expo’92 en la Isla de la Cartuja, en especial la vía de circunvalación que ya estaba concluida en aquella fecha y el lago artificial, así como los trabajos de restauración que se llevaban a cabo en 1988 en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, que sería el pabellón Real durante la Muestra Universal.
El gobernador de Puerto Rico celebró una reunión de trabajo con el comisario Manuel Olivencia, quien le informó de la filosofía que había guiado las exposiciones universales y le explicó que los organizadores de la muestra Sevillana pretendían que en ella cada participante expusiera sus proyectos de futuro y de incorporación al mundo, sin perder su individualidad.
El director de Obras y Proyectos de la Expo’92, Ginés Aparicio, le informó sobre el estado de las obras en la Isla de la Cartuja y los proyectos de ordenación del recinto.
Durante la visita de Hernández Colón a las obras de la Expo’92 en aquel Mayo de 1988, ya habían confirmado su presencia para participar en la Exposición un total de cincuenta y nueve países y una veintena de organizaciones internacionales, lo que constituyó en aquella fecha un récord teniendo en cuenta que quedaba cuatro años para la inauguración.
Al término de la visita, Hernández Colón manifestaba que su visita había logrado todo lo que esperaban y habían establecido un entendimiento con el pueblo español que había avivado los recuerdos de su relación bilateral, interrumpida durante noventa años, el gobernador declaró haber quedado impresionado por el proyecto de la Expo’92 y los trabajos realizados hasta la fecha de 1988, además aseguró que Puerto Rico contaría con un pabellón propio y que después de la clausura de la Exposición Universal se quedaría en Sevilla con carácter permanente con fines educativos y sobre todo para la enseñanza del inglés, dado el bilingüismo existente en Puerto Rico.
El pabellón de Puerto Rico continúa en la Isla de la Cartuja en la actualidad en la calle Tomas Alba Edison junto al que fue también pabellón de Corea, durante varios años el edificio fue un Centro de Investigación y Desarrollo Postal, dedicado a la formación de alto nivel del personal de Correos y al desarrollo de proyectos informáticos relacionados con la distribución de envíos postales, actualmente alberga el Instituto Andaluz de Administraciones Públicas.
El edificio proyectado por Segundo Cárdena y José E. Bonilla es un edificio vanguardista donde se representa su historia en una edificación en tres volúmenes geométricos, uno triangular de piedra natural simulando una fortificación militar de Puerto Rico, otro cilíndrico de armazón metálico y con piel en cobre y vidrio y el último volumen geométrico hace referencia a una pérgola modernista de vidrio blanco porcelanizado.
El pabellón de Puerto Rico fue presupuestado por 422 millones de pesetas.