Aquel 5 de noviembre de 1987 finalizaría el aterramiento del meandro de San Jerónimo, con lo que se inició la restitución del cauce histórico del Guadalquivir y que garantizó años después, junto a otras actuaciones, la imposibilidad de inundaciones en la Corta de la Cartuja, sede de la Expo 92.
Manuel Olivencia, comisario de la Expo 92, Rodríguez de la Borbolla, presidente de la Junta de Andalucía y Manuel del Valle, alcalde de Sevilla, coincidieron en señalar que aquel acto significaba simbólicamente, el fin de los conflictos entre las administraciones implicadas en la Expo, y que la unión de las dos orillas del río podía interpretarse como la integración de la Cartuja en Sevilla.
El aterramiento del meandro de San Jerónimo, finalizó aquella jornada y permitió según Ginés Aparicio, director de proyectos y construcción de obras de la Expo, un conjunto de tres actuaciones, cuyo coste se elevó a tres mil quinientos millones de las antiguas pesetas, que se materializó en el levantamiento del denominado tapón de Chapina unos años después. Todas estas obras de aterramiento significó la imposibilidad de inundaciones en la llamada Corta de la Cartuja y la apertura de la ciudad de Sevilla al recinto que albergaría la Expo 92.
Con aquel histórico aterramiento fue posible emprender no sólo la restitución del cauce histórico del Guadalquivir, sino la construcción de nuevos puentes sobre el cauce del río y la realización del acceso y viario en la avenida del Cristo de la Expiración.
Hasta aquel mes de noviembre de 1987, el recinto que albergaría la Expo comenzaba las obras de explanación de la superficie. En agosto de aquel año también comenzaría la excavación del lago y de los dos canales Norte y Sur, que llevarían el agua a lo largo del polígono de la Corta. Esa lámina de agua, de ciento setenta mil metros cuadrados, contribuyó a crear, según un proyecto especialmente diseñado, un microclima más soportable.
Igualmente en aquellos meses de 1987 se llevó a cabo el cerramiento provisional del recinto para poder ejecutar las obras para construir la red principal de carreteras interiores que totalizan cuarenta kilómetros de vial, así como los trabajos para la red de abastecimiento y saneamiento.