El Gobierno de Finlandia presentó aquella jornada en Sevilla, el proyecto de ideas ganador presentado previamente en Helsinki en Noviembre de 1989.
Finlandia, creativa por naturaleza, fue el lema de la exhibición nacional de este país nórdico relanzado en la Exposición Universal de Sevilla en 1992, un país con una presencia exitosa en las grandes exposiciones de más alto rango internacional.
De acuerdo al proyecto presentado aquella jornada, los fineses estuvieron en la Cartuja con un impactante pabellón de dos edificios que en la actualidad sigue formando parte del Parque Científico y Tecnológico de la Cartuja, <<La Quilla>> y la <<La Máquina>> son las partes de estas dos estructuras de este peculiar edificio.
Por los materiales utilizados y su diseño, las construcciones contractaron entre sí, reivindicando la esencia de una cultura que se desarrolla armonizando la más avanzada innovación tecnológica y estética con el equilibrio de la naturaleza y las más profundas tradiciones populares.
Finlandia participó en la Expo’92 con su pabellón que se dio en llamar <<La Garganta del Infierno>> en memoria de un monumento natural del país, diseñado por los estudiantes de arquitectura en aquellos años, Jääskeläinen, Kaakko, Rouhiainen, Sanaksenaho y Tirkkonen.
Después de la Muestra Universal el edificio fue reabierto por el Colegio de Arquitectos de Sevilla como fundación para la investigación en arquitectura (FIDAS).
El edificio está situado en la que fue la Avenida 3, junto a las parcelas donde se situó también el Pabellón de Noruega y Suecia, consta de dos edificios independientes separados por un estrecho pasillo, que simbolizan la dualidad de la sociedad y la cultura finlandesas.
De un lado, la ciencia, la tecnología y la industria; en definitiva, la modernidad, representada en una construcción esbelta de acero y cristal, el otro edificio estaba revestido de madera pino finlandés, con suelos, cubiertas y paredes de tablas y olor a alquitrán de carbón vegetal.
Respecto a los contenidos, un tema muy presente en el pabellón vino a simbolizar la dualidad entre su alto desarrollo industrial y el cuidado y protección del medio ambiente, aspectos que ocuparon los dos diferenciados bloques del pabellón, como producto de la coexistencia de dos mundos: el natural y el tecnológico.
También se exhibieron estatuas de gran tamaño y en un pasillo se proyectaron diapositivas de espacios naturales del país nórdico, además de ofrecerse espectáculos de coros, grupos folclóricos, bandas, ballet (en Itálica) y danzas contemporáneas.