Aquel 17 de febrero de 1988 quedó inaugurada oficialmente la exposición filatélica Rumbo al 92, organizada por la Expo’92 y la Sociedad Filatélica Sevillana con la colaboración del Banco Exterior de España y el Ayuntamiento de Sevilla.
Esta muestra se celebraba en la ciudad de Sevilla dentro de su segunda edición donde participaron un total de setenta y dos colecciones, veintiocho de las cuales fueron de literatura filatélica.
La exposición se celebró ese año en la sala municipal de la Casa de la Moneda donde intervinieron en el acto de inauguración, el Comisario de la Expo’92, Manuel Olivencia y el Alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, entre otros grandes expertos del mundo filatélico.
Previamente los organizadores de la exposición filatélica celebraron un encuentro con los representantes de los medios informativos.
En este acto, el director de la División de Participación de la Expo’92, José María Jerez, destacó que la muestra Rumbo al 92 alcanzaba su segunda edición, lo que suponía el cumplimiento del programa previsto hasta la celebración de la Expo en lo que a filatelia se refería.
La exposición contenía aproximadamente unos veintinueve mil sellos distribuidos en cuarenta y cuatro colecciones estrictamente filatélicas.
El catálogo lo encabezaba la llamada Clase de Honor, en la que figuraban cuatro colecciones que habían obtenido tres medallas de oro en las más importantes colecciones nacionales.
Pero la gran novedad de esta exposición la constituía sin lugar a dudas, el apartado dedicado a Literatura Filatélica, en el que se incluía revistas periódicas dedicadas al coleccionismo de sellos hasta libros y artículos de prensa.
Aquel año, la Comisión Organizadora de Rumbo al 92 editó unas preciosas tarjetas postales a color con parte del dibujo de los sellos de la Exposición del 92 y que estarían matasellados con el primer día de emisión de los valores de veinte y cincuenta pesetas.
Estas tarjetas tenían una tirada numerada de veinte mil ejemplares, de los que cinco mil se quedaron en poder de la Expo’92 para sus atenciones y con destino al fondo patrimonial a utilizar durante la celebración del certamen universal.
Igualmente se editó un sobre conmemorativo con el logotipo de Rumbo al 92 y un dibujo de la fachada del Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la Cartuja, que albergó al Pabellón Real durante la exposición, y que figuraba también en el matasellos especial del certamen filatélico.