Aquel 10 de Septiembre de 1992 se celebró el Día Nacional de Italia en la Expo 92. El presidente de la República de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, encabezó los actos protocolarios y culturales preparados para celebrar el día grande de Italia en la Isla de la Cartuja.
Un desfile en el que participaron miembros del cuerpo de infantería italiano, cuatrocientos marineros procedentes de dos buques escuelas de la Marina y una treintena de carabinieri, recorrieron las calles de la ciudad y de la Expo, en honor del Día Nacional de Italia. Además, tres aviones, cada uno de ellos pintado con un color de la bandera italiana (roja, verde y blanca) sobrevolaron el cielo sevillano.
Italia bautizó su pabellón con el nombre de <<Palacio Italia>> porque según palabras de la arquitecta Aulenti tiene esa voluntad de los palacios de perdurar en el tiempo. Italia invirtió un total de 2.000 millones de las antiguas pesetas para su participación en la Expo.
La primera visión que se obtenía al entrar a este pabellón durante la Expo fue de tres grandes esferas suspendidas en el aire. La mayor representaba la Tierra tal y como era conocida en la antigüedad. El público podía entrar en ella a través de un corredor y asistir a un espectáculo audiovisual con imágenes por láser sobre la aventura del hombre y del saber, llamado <<Energía>>.
La segunda esfera, más pequeña, representaba a la Luna, realizada de modo que mostrara su otra cara, la que permanece invisible al espectador terrestre. La tercera esfera fue Marte. La Tierra, Marte y la Luna, símbolos emblemáticos de la historia del conocimiento, del deseo del hombre por conquistar nuevos horizontes.
El punto de partida del recorrido fue la exposición ¿Por qué Colón?, la aventura de Cristóbal Colón enfocada como fruto de una serie de factores simbólicos que unían el pasado y el presente del desafío intelectual por aquella fecha. Por ello se mostraron obras de arte de la antigüedad como los <<Vasos de Vicarello>>, cuatro vasos de plata de forma cilíndrica que tenían grabado el itinerario de Cádiz a Roma con indicación de las distancias en millas entre las diversas estaciones; la puerta de bronce de la iglesia de San Salvatore de Birecto de Atrani (Salerno) del siglo XI, o el <<Atlante Farnese>>.
El área expositiva de la segunda planta se abría con el llamado <<Teatro de la investigación>>. Sobre la base de una tabla, que reproducía el Instituto de la Ciencia de la Universidad de Bolonia en 1700, se mostró una síntesis histórica sobre la investigación científica junto con los últimos avances en esta materia.
La sala contigua, <<Dentro de la vida>> estaba recubierta de imágenes del interior del cuerpo humano (radiografías, tac, ecografías). Igualmente destacables fue el holograma de <<La cromosfera del deporte>> y <<El juego de la restauración>>, excelentes interactivos <<brain power>>, el primer y más grande de los hologramas <<arcoíris>> que había sido generado por calculadora.
Al salir de esta sección el público se encontraba con una cabina interactiva, <<La cromosfera>> del Comité Olímpico Italiano. La máquina ofrecía a un piloto y a dos pasajeros la emoción de un viaje simulado en el tiempo. <<Los años del deporte>>, fue el audiovisual interactivo que se mostró.
Los descubrimientos físicos y astronómicos de Galileo Galilei, la perspectiva de Piero della Francesca (célebre maestro del Renacimiento italiano) y los viajes de Marco Polo y Cristóbal Colón, fueron parte de la temática que encerraba el área dedicada al <<Mundo: cielo y tierra>>.
Nada más acceder a la primera sala llamaba poderosamente la atención una copia del péndulo de Galileo como modo de alusión al concepto que él tenía sobre la relatividad. No es esta la única referencia que se podía encontrar acerca del considerado fundador del moderno método de experimentación científica. Algunos instrumentos de investigación, un compás de proporción, un astrolabio, un catalejo y un anteojo, estaba expuestos en vitrinas en el pabellón italiano.
Otros objetos formaron también parte de esta sala, como la esfera armilar de Girolamo della Volpaia de 1564; dos globos de Vicenzo Coronelli, uno terráqueo 1688 y otro celeste de 1693; el <<Astrario>>, de Giovanni Dondi del siglo XIV, el primer reloj planetario realizado en Occidente capaz de describir, en cada momento, la situación de los astros, además de una maqueta en madera del Observatorio astronómico de Brera del siglo XVIII.
Llegamos a la última zona de la segunda planta, la dedicada a la materia y la energía. Una plataforma para la explotación de yacimientos de hidrocarburos en aguas profundas, la maqueta de una nave cuya función es la de colocación de conductos de largo diámetro en aguas profundas hasta los tres mil metros y otra de una instalación para la producción de metano, fueron algunas muestras de esta sala.
La técnica y la cultura tenían su representación en la tercera planta del pabellón de Italia. Junto con los objetos históricos de la investigación italiana en el campo de la electricidad: la pila de Alesandro Volta, el motor eléctrico de Pacinotti fueron algunas de las referencias de esta sala.
La última planta del pabellón estaba dedicada a las distintas regiones de Italia, con la presentación de sus productos más característicos. Cada región disponía de un ordenador que facilitaba información más detallada sobre ella.
Antes de abandonar el pabellón en un acceso de la planta baja se podía visitar una exposición de coches Ferrari, además de contemplar la obra escultórica de una de las estrellas cinematográficas de Italia, Gina Lollobrígida. La obra, de bronce, titulada <<Es bello vivir juntos>>, representaba a una enorme águila con las alas abiertas, montada por un niño.