04-10-1992. Se celebra el Día Nacional de Irlanda en Expo 92

#expohemeroteca: 4 de octubre de 1992

Pabellón de Irlanda en Expo 92.

Irlanda fue el último país extranjero que celebró su Día Nacional en la Isla de la Cartuja con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Sevilla, después de seis meses de intensa participación cultural dentro y fuera de la Expo. El primer ministro irlandés, Albert Reynolds, presidió los actos protocolarios y culturales previstos para conmemorar aquella jornada el día de Irlanda, protagonizada por el hermanamiento de Irlanda y España a través del flamenco.

La presencia de esta isla en la Expo había estado dominada por un variado programa cultural, concebido para difundir y dar a conocer las cualidades del país de Gulliver. El comisario del pabellón, Denis Rafter, actor desde los siete años, llegó a Sevilla con una idea muy fija respecto a las actividades culturales que presentaron.

Bandera de Irlanda.

La cultura fue una de las mejores maneras de difundir un producto y el comisario del pabellón de Irlanda no escatimó a la hora de traer más de doscientos artistas a la Expo. El programa cultural había sido como un Caballo de Troya, ya que a través de él Irlanda había estado siempre presente.

El presupuesto del pabellón de Irlanda había rondado los setecientos millones de pesetas, de los que más de la mitad se destinó para la construcción del edificio. El pabellón de Irlanda acogió a lo largo de los seis meses a más de un millón y medio de visitantes, el triple de lo que en principio esperaban.

Entrada pabellón de Irlanda.

El pabellón de Irlanda se situó en la Avenida de Europa y se distinguió por su color verde, como su isla, y por el logotipo en forma de carabela. Este diseño fue premiado como el mejor logotipo internacional de la Expo 92.

El pabellón de Irlanda emergió de una roca, con una estructura que evocaba las torres que jalonan el paisaje costero irlandés. La tradición y la cultura, como ejes principales de sus contenidos, convirtieron el pabellón en un lugar de encuentro cultural entre Irlanda y los demás países. Esta república ofreció al visitante la imagen de un pueblo que disfruta de un lugar privilegiado en el ámbito de la literatura y de otras manifestaciones artísticas.

El recorrido comenzaba cuando el visitante llegaba a una hermosa costa, localizada en un gran mapa europeo. En un principio se hizo alusión al origen del nombre de Irlanda y la leyenda de Mils y su hijo Ir, desembarcando en Skelling Michael. Este promontorio marítimo, donde se ubicaba un monasterio cristiano, sirvió de inicio al visitante en su recorrido histórico de evangelización por la isla, siguiendo los pasos de Brendan.

Irlanda en Expo 92.

St. Brendan fue un monje conocido por su viaje al continente americano, diez siglos antes de que llegara Cristóbal Colón. El visitante viajaba con él gracias al montaje de diapositivas, videos y narración en off, donde se mostraba su recorrido oceánico, el tipo de embarcación, cómo se construyó y las ropas y provisiones que llevaron.

Interior Pabellón de Irlanda.

España había estado, desde hace siglos, muy vinculada a Irlanda; desde las leyendas celtas a los colegios irlandeses fundados por la Corona española, y que en Sevilla, por ejemplo, continuaron abiertos. El visitante conoció también la presencia que tuvieron los irlandeses en puestos destacados de la Marina, el Ejército y la Administración de nuestro país, en el siglo XVIII.

Interior del Pabellón de Irlanda.

En la primera planta se mostraron las aportaciones de este país al progreso de la humanidad, como Dunlop, inventor de la llanta neumática; la fotografía en color, de Joly o la división del átomo, a cargo de Walton. Una gran foto mostró el telescopio de Birr, con imágenes en tres dimensiones del solsticio de invierno de Newgrange.

 

La reproducción de un típico <<pub>> irlandés, estuvo recreado con su ambiente, como centro de reunión que estuvo recreando en una esquina del pabellón, promocionando la cerveza Harp Lager y el Baileys. Las calles y las casas irlandesas habían sido perfectamente recreadas. En una esquina las paredes mostraron con pintadas, donde podían leerse en español cosas como: <<Siempre hay gente que sale en las sombras>>, <<Carpe diem>> y <<Prefiero morir de pie que vivir de rodillas>>.