Honduras celebró su Día Nacional en la Expo presidido por el vicepresidente, Jacobo Hernández. Los actos estuvieron protagonizados por grupos de danzas garífunas y el Cuadro Nacional de Danzas Folclóricas, que actuaron a lo largo de toda la jornada en el Palenque y en diversos espacios escénicos.
El pabellón de Honduras estaba situado en la segunda planta de la Plaza de América, junto a otros quince países latinoamericanos. La fachada se distinguía por la reproducción del Fuerte de San Fernando de Omoa. Fortaleza realizada con fibra de vidrio, que representaba el ladrillo de barro, el bloque de coral y los rellenos de piedra con los que realmente estaba construido el edificio.
En la entrada del pabellón de Honduras había un monitor que emitía cada veinte minutos un mensaje del presidente, Rafael Callejas, y un documental con paisajes de Honduras, mostrados al ritmo de la música típica del país. Una vez dentro del pabellón lo primero que se veía era un mapa del país. Hondura limita al Sur con El Salvador y el Océano Pacífico, al Este con Nicaragua, al Oeste con Guatemala y al Norte con el Mar Caribe.
El legado maya fue el principal protagonista de la primera parte del pabellón, representado a través de la reproducción de las ruinas del Copán. Los mayas constituyeron una de las civilizaciones de mayor desarrollo cultural de la América prehispánica y su legado fue uno de los principales atractivos turísticos de este país.
El pueblo maya continuaba siendo básicamente desconocido, ya que no se habían podido descifran algunos jeroglíficos de los monumentos que se desarrollaron en Mesoamérica, en Yucatán, en México y en el Occidente de Honduras.
Sobre la moqueta verde que recubría el suelo del pabellón se colocaron las <<estelas>> o monolitos, que datan del año setecientos después de Cristo, cuyos personajes fueron encontrados en la realidad con numerosos adornos de oxidia y jade, minerales preciosos que testimonian la nobleza y la autoridad de estos hombres. Junto a la estela había dos vitrinas en cuyo interior se podía contemplar un incensario original o <<Jaguar>> de cerámica y una piedra volcánica de moler.
El paraíso vegetal que constituían las cataratas de <<Pulhapanza>> estaba simbolizado en una esquina del pabellón por una tina con agua, fabricada en fibra de vidrio que define el río y las montañas cubiertas con vegetación artificial. <<Los visitantes echaban diariamente monedas en las tres fuentes del pabellón, influenciados por la cultura europea que transmitía la idea de la suerte para aquellos que piden un deseo mientras la arrojaban.
En la parte principal estaba situado el altar o <<Estela Q>>, una reproducción de este extraordinario monumento cuya parte superior estaba esculpida con numerosos jeroglíficos. El recorrido continuaba subiendo por unas grandes escalinatas, realizadas a escala sobre las gradas que servían al público de Copán para presenciar las ceremonias religiosas que tenían lugar sobre estos monumentos.
Tras la escalinata había un espacio dedicado a las islas de la Bahía, importante punto turístico por sus bancos de arrecifes y corales, representadas a través de una gran fotografía de una hermosa y apetecible playa. El suelo de madera, la vegetación artificial y el agua simbolizaban una casa tradicional al borde del mar. En este espacio no faltaban ni la hamaca colgada entre dos árboles que el visitante podía adquirir en la tienda por el precio de 7.500 pesetas.