El pabellón de Tierras del Jerez celebró aquella jornada su Día de Honor en la Expo 92, con un conjunto de actos protocolarios y espectáculos que estuvieron presididos por el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco y el presidente de la Diputación de Cádiz, Jesús Ruiz.
El pabellón de Tierras de Jerez estuvo situado en el Camino de las Acacias, fue el tercer pabellón individual más grande de la Expo 92, y uno de los pocos pabellones empresariales que existieron. La Sociedad Tierras del Jerez surgió gracias a la voluntad de cincuenta y cuatro empresas jerezanas, asociadas para promocionar los productos de Jerez en la Expo.
En el pabellón de Tierras del Jerez no pasaba la primavera y el visitante vivía una continua Feria. Este pabellón fue atípico en cuanto al recorrido que debían seguir los visitantes para ver sus contenidos. Lo que más llamaba la atención fue la presencia de los caballos, signo de identidad clave de la ciudad de Jerez, y uno de sus principales valores culturales y económicos.
Entorno al edificio se recreó el clásico paseo de caballos que se vive en un recinto de cualquier Feria andaluza. El pabellón había sido construido con pistas de albero, que sirvieron de base a la exhibición de los caballos, sobre un espacio de 3.000 metros cuadrados. El pabellón ofrecía exhibiciones ecuestres todos los días en diferentes horarios.
Los caballos se encontraban en un anexo al pabellón, donde se habían construido cuarenta boxes, bajo la continua vigilancia de la Yeguada Militar de Jerez de la Frontera.
Una de las grandes atracciones del pabellón fue la exposición de enganches, coches de caballos y carruajes de diferentes estilos y dimensiones. Los visitantes podían contemplar un <<Spidder>> o coche ligero con capota, con capacidad para dos personas delante y un lacayo detrás. Otro de los coches que se expusieron fue la <<Canastilla>>, más ligero y descubierto; el <<Familiar>>, cerrado y acristalado, con puerta trasera y capacidad para seis personas, enganchado con cuatro o seis caballos.
El recorrido por el pabellón de Tierras de Jerez continuaba por el interior del edificio entre caseta y caseta, donde la gastronomía se convirtió en arte. Los mejores restaurantes jerezanos presentaron sus tapas y mejores productos al público.
Los coches de Carlos Sainz y Luis Moya, los campeones del mundo de Rally, estuvieron expuestos junto a uno de los robots más perfectos de la Expo 92. El capitán Thomas Coram que fue un androide del siglo XVIII que recitaba ante los espectadores frases de William Shakespeare, en las que resaltaba las cualidades del vino de Jerez.
El flamenco también fue protagonista con un conjunto de espectáculos en el pabellón a cargo del ballet <<Albarizuela>> de Jerez de la Frontera. Sevillanas, alegrías, bulerías y un completísimo programa musical situado en la Plaza de la Feria.