Ser testigos de lo que ocurría en cualquier punto del planeta y disponer de unas mejores condiciones de vida fue posible gracias a las telecomunicaciones, que celebraron aquella jornada su Día de Honor con la asistencia del ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell.
La Orquesta Sinfónica de Sevilla, fue la encargada de poner la nota musical a este día y eligió para esta ocasión la obra <<Tango y Sevilla>>, de Isaac Albéniz, que por primera vez, fue interpretada tan sólo con instrumentos de metal.
El pabellón de las Telecomunicaciones, situado en la Plaza del Futuro, fue un espacio cargado de sorpresas en el que se dieron cuenta, entre otras cuestiones, a los últimos avances tecnológicos en este sector. Su instalación y gestión había estado a cargo de la Sociedad POET (Pabellón de Operadores Europeos de Telecomunicaciones) constituida por las principales empresas europeas de servicio telefónico: Telefónica de España, British Telecom del Reino Unido, France Telecom de Francia, Telekom de Alemania, Belgacom de Bélgica y PTT Telecom de Holanda. Además participaron como patrocinadores empresas de equipamientos de telecomunicaciones como Motorola, Edison, Philips, ATT y Alcatel.
Imágenes y sonidos procedentes de todos los rincones del mundo llegaron hasta este pabellón de la mano de una gigantesca pantalla compuesta, nada más y nada menos, de 850 monitores, la mayor construida hasta aquellos tiempos. Un repaso por los primeros siglos de la historia de la humanidad, los sucesos más importantes acaecidos en los últimos años y hasta la propia imagen, pasaron a través de estos cientos de monitores de televisión en un sinfín de imágenes.
La aldea global como símbolo de un mundo formado por personas comunicadas entre sí fue la antesala de la aventura.
Algo tan sencillo como marcar un número de teléfono y ponernos en contacto, en breves instantes, con una persona determinada independientemente del lugar en el que se encontrara, implicaba, sin embargo, un enorme esfuerzo científico y tecnológico.
El pabellón de las Telecomunicaciones invitaba al visitante a realizar un viaje tal y como lo hace una llamada telefónica, a través de los circuitos e instalaciones que debe superar para elegir el camino adecuado y llegar al receptor.
Para ellos se constó de una manera amena por medio de un multimedia en el que el protagonista de la historia es un personaje llamado Bleep, una señal telefónica, que adopta forma humana e invita a un ejecutivo a realizar un viaje por las entrañas de la red mundial de telecomunicaciones.
Las nuevas tecnologías, aquellas que estaba en aquellos años aún en fases de desarrollo, también estaban presentes en el pabellón. Tres de ellas, las dedicadas a la tecnología de la voz, cautivaron la atención del visitante por su singularidad: el conversor texto-voz Amigo, que convertía en voz textos almacenados o recién mecanografiados en el ordenador.